Page 363 - Frankenstein
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estudios en la universidad, seguiría viviendo en
la ciudad.
Entretanto, yo tomé todas las precauciones
para garantizar mi defensa caso de que mi ene-
migo me atacara abiertamente. Llevaba siempre
conmigo un puñal y un par de pistolas, y per-
manecía alerta para evitar cualquier posible
intento por su parte; de este modo conseguí una
mayor tranquilidad. Lo cierto es que así la feli-
cidad que esperaba de mi matrimonio se iba
materializando, y al hablar todos de nuestra
unión como algo que ningún acontecimiento
podría impedir, la amenaza se difuminaba y
hasta llegué a creerme que carecía de la sufi-
ciente entidad como para alterar mi paz.
Elizabeth parecía contenta, pues mi aspecto
sereno contribuía mucho a calmarla. Pero el día
en que se iban a cumplir mis deseos y que iba
también a sellar mi destino, estaba apesadum-
brada, como si tuviera algún mal presentimien-
to. Quizá también pensara en el terrible secreto
que había prometido contarle al día siguiente.