Page 361 - Frankenstein
P. 361
considerara casi invencible, y que, cuando pro-
nunció las terribles palabras «Estaré a tu lado en
tu noche de bodas», considerara la amenaza como
inevitable. La muerte no hubiera supuesto para
mi mayor desgracia, de no ser porque arrastra-
ba la pérdida de Elizabeth y, por tanto, coincidí
gozoso, incluso alegre, con mi padre en que, si
mi prima aceptaba, celebraríamos la ceremonia
al cabo de diez días; así creía sellar mi suerte.
¡Dios mío!; si por un instante hubiera imagi-
nado las intenciones reales de mi diabólico ad-
versario, hubiera preferido exiliarme para
siempre de mi tierra, y errar en soledad por el
mundo como un renegado, antes que consentir
en tan desdichada unión. Pero, como si poseye-
ra poderes mágicos, el monstruo me había en-
gañado respecto de sus verdaderas intenciones;
y mientras creía que estaba preparando mi pro-
pia muerte, lo que hacía era acelerar la de una
víctima muchísimo más querida.
A medida que se aproximaba la fecha de
nuestra boda, no sé si debido a una falta de va-