Page 264 - Frankenstein
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bien  pequeño,  pero  no  puedo  pedir  más,  y  con
   eso me conformo. Cierto es que seremos mons-
   truos, aislados del resto del mundo, pero eso
   precisamente nos hará estar más unidos el uno
   al otro. Nuestra existencia no será feliz, pero sí
   inofensiva, y se hallará exenta del sufrimiento
   que ahora padezco. ¡Creador mío!, hazme feliz;
   dame la oportunidad de tener que agradecer un
   acto bueno para conmigo; déjame comprobar
   que inspiro la simpatía de algún ser humano;
   no me niegues lo que te pido.
     Me convenció. Sentía escalofríos al pensar en
   las posibles consecuencias que se derivarían si
   accedía a su petición, pero pensaba que su ar-
   gumento no estaba del todo falto de justicia. Su
   narración, y los sentimientos que ahora expre-
   saba, demostraban que era una criatura de sen-
   timientos elevados, y no le debía yo, como su
   creador, toda la felicidad que pudiera propor-
   cionarle? El advirtió el cambio que experimen-
   taban mis sentimientos y continuó:
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