Page 265 - Frankenstein
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Si accedes, ni tú ni ningún otro ser humano
   nos volverá a ver. Me iré a las enormes llanuras
   de Sudamérica. Mi alimento no es el mismo que
   el del hombre; yo no destruyo al cordero o al
   cabritilla para saciar mi hambre; las bayas y las
   bellotas son suficiente alimento para mí. Mi
   compañera será idéntica a mí, y sabrá conten-
   tarse con mi misma suerte. Hojas secas forma-
   rán nuestro lecho; el sol brillará para nosotros
   igual que para los demás mortales, y madurará
   nuestros alimentos. La escena que te describo es
   tranquila y humana, y debes admitir que, si te
   niegas, mostrarías una deliberada crueldad y
   tiranía. Despiadado como te has mostrado hasta
   ahora conmigo, veo sin embargo un destello de
   compasión en tu mirada; déjame aprovechar
   este momento favorable, para arrancarte la
   promesa de que harás lo que tan ardientemente
   deseo.
     ––Te propones      le contesté–– abandonar
   los lugares donde habita el hombre, y vivir en
   parajes inhóspitos donde las bestias serán tus
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