Page 287 - Frankenstein
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La montaña, y el bosque sombrío y tupido,
Sus formas y colores, eran para él
Un deseo; un sentimiento, y un amor,
Que no necesitaba de otros encantos remotos,
Que el pensamiento puede proporcionar, u otro
atractivo
Que los ojos jamás vieron.
¿Y dónde está ahora? ;Se ha perdido para
siempre este ser tan dulce y hermoso? ¿Ha pe-
recido esta mente tan repleta de pensamientos,
de magníficas y caprichosas fantasías que for-
maban un mundo cuya existencia dependía de
la vida de su creador? ¿Existe ahora sólo en mi
recuerdo? No, no puede ser; aquel cuerpo, tan
perfectamente modelado, que irradiaba hermo-
sura, se ha descompuesto, pero su espíritu si-
gue alentando y visitando a su desdichado
amigo.
Perdóneme usted este arranque de dolor; es-
tas pobres palabras son tan sólo un insignifican-
te tributo a la inapreciable valía de Henry, pero