Page 290 - Frankenstein
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Capítulo 2
Londres era nuestro lugar de asiento, y deci-
dimos quedarnos algunos meses en esta mara-
villosa y célebre ciudad. Clerval quería conocer
a los hombres de genio y talento que despunta-
ban entonces, pero para mí esto era secundario,
pues mi principal interés era la obtención de los
conocimientos que necesitaba para poder llevar
a cabo mi promesa. A este fin, me apresuré a
entregar a los más distinguidos científicos las
cartas de presentación que había traído conmi-
go.
Si este viaje hubiera tenido lugar en la época
de mis primeros estudios, cuando aún estaba
lleno de felicidad, me habría proporcionado un
inmenso placer. Pero una maldición había en-
sombrecido mi existencia, y sólo visitaba a estas
personas con el afán de conseguir la informa-
ción que me pudieran proporcionar acerca del
tema que, por motivos tan tremendos, tanto me
interesaba. La compañía de otras personas me