Page 151 - Coleccion d elibros de lectura
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Lo cual quiere decir que en sus páginas vivían las
                                        hadas, los magos, algunos sabios, jarabes milagrosos,
                                        encantamientos, gigantes, los malos y… los buenos. Los
                                        buenos eran, por supuesto y casi siempre, los caballeros
                                        andantes. ¡Los caballeros andantes! Esos señores
                                        guerreros que iban siempre a caballo por todas partes,
                                        metiéndose en líos y más líos.
                                            Esos señores que no asomaban la nariz fuera de
                                        casa si no llevaban puesta su complicadísima armadura
                                        y su pesado yelmo (que era un casco con visera) y si no

                                        llevaban en una mano el escudo y en la otra la lanza.





















                                 Esos señores que no estaban tranquilos si no tenían
                             cada cual su dama, a quien ofrecer hazañas y proezas.
                             Que andaban de torneo en torneo y de duelo en duelo. Esos
                             señores que estaban siempre entre hadas y magos y que
                             llevaban en los bolsillos pomaditas mágicas y filtros de amor.









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