Page 54 - Un poeta con dos ruedas : cuento para los 11 años de edad y sus alrededores
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—Sí, papá.
—Pues México tiene que seguir avanzando en
el campo y en la ciudad para que el mundo entero
considere que se trata de uno de los primeros paí-
ses; que ya le va faltando muy poquito; y en el
campo debemos dar la impresión de un adelanto
absoluto. Estamos en el Nuevo Continente; que, co-
mo nuevo, debe dar la sensación de moderno en sus
avances. ¿Comprendes, Lupito?
—Sí, papá. Entonces, ¿qué es lo que deseas
de mí?
—Pues deseo, hijo mío, que no te limites a ayu-
darme a la hora de encerrar y cuidar a los bueyes,
sino que trabajes tú con ellos una o dos horas cada
tarde.
—Así lo haré, papito.
Y así lo hizo; fue un hijo obediente; todas las
tardes, cuando el colegial salía de clase, iba corrien-
do al campo donde su padre trabajaba, y con "Pan-
dero" y "Tambor", que como se recordará así se
llamaban los bueyes, hacía las tareas que la labran-
za requería en cada época del año.
Después, como siempre, Lupito era el encarga-
do de dar de comer a los bueyes, prepararles el
lecho. . . y acariciarlos además; porque, con eso de
trabajar juntos, cada día sentía por ellos más incli-
nación y más gratitud. Si le ayudaban en sus labo-
res, y además ayudaban a su papá en los deseos de
aumentar los ingresos, se consideraba obligado a
cuidarlos con el más cariñoso esmero.
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