sar a su casa el muchacho con sus amigos, o casi,
casi amigos, "Pandero" y "Tambor", apareció allá
lejos, ¡muy lejos!, detrás de aquella llanura que pa-
recía no tener fin, una Luna llena, grande, redonda,
luminosa, ¡poética!. . .
Y aquella emoción le detuvo. . .
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