Page 85 - Primer libro VIM
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etc. A medida que pasa el tiempo y con ayuda de la rehabilitación psicológica, es probable que podamos
               comprender mejor lo que realmente sucedió; entender, por ejemplo, que muy probablemente su intención
               era ayudarnos.

               Hay accidentes muy complejos que si no nos dañan de un modo, nos dañan del otro. Quienes nos brindan ayuda,
               tal vez nos han salvado de alguna otra manera y, quizás, ni siquiera nos hemos dado cuenta. Muy probablemente
               hicieron lo mejor que pudieron en ese momento; y, desde su muy particular principio de realidad.


               La cuadriplejia requiere un tiempo para que la médula se desinflame. Cuando se desconoce esta realidad y
               se intenta brindar una rehabilitación inmediata, el resultado puede ser bastante decepcionante: inútil para
                                                            el paciente, frustrante para los familiares e infructuoso
                                                            para la institución que la brinda. Además de que el ánimo
                                                            del paciente, por esa misma razón, puede estar todavía
                                                            muy bajo. La rehabilitación psicológica a los familiares,
                                                            puede ser de gran ayuda para comprender mejor todo
                                                            este proceso (ver Gráfica 46).

                                                            Eso  es  lo  que  ocurre,  con  demasiada  frecuencia,  en
                                                            muchos hospitales públicos y privados. Después de que
                                                            una persona con cuadriplejia es sometida a un tratamiento
                                                            o  a  una  operación  quirúrgica,  con  algunas  semanas  de
                                                            hospitalización; es dada de alta y, al poco tiempo, citada
               para su rehabilitación. El resultado, normalmente se traduce en una gran pérdida de tiempo y de recursos, pues
               la condición del paciente no le permite hacer prácticamente nada: los médicos y las enfermeras se enfocan más
               a las personas que sí pueden hacer los ejercicios; y, se olvidan de aquéllos que no pueden mover nada o casi
               nada. Desde el punto de vista psicológico, este proceso también puede resultar muy desalentador.

               En ocasiones, lo único que atinan a realizar los profesionales expertos en rehabilitación, es habilitar un poco
               el movimiento de los brazos, realizando ellos mismos los ejercicios, sin fomentar a que el paciente haga un
               mayor esfuerzo, por sí mismo. La desinflación de la médula, en el caso de los cuadripléjicos, puede tomar
               6 meses para tan sólo empezar a mover los brazos y, hasta un año, para su desinflamación completa. Lo
               deseable sería que inmediatamente después de ocurrido el accidente, se brindara información para ayudar a
               la PCD a no lastimarse más; a prevenir las escaras, por ejemplo; y, otras lesiones en la piel o  en otras partes
               del cuerpo. Brindar rehabilitación psicológica en estas difíciles condiciones, puede resultar contraproducente;
               pues al no experimentar logros en la rehabilitación física, la autoestima difícilmente se fortalece.

               De ahí que la terapia ofrecida durante los primeros meses, posteriores al accidente; con frecuencia, no
               sirve de nada. Todo el efecto se queda afuera, sin poder mirar hacia adentro: el shock es demasiado fuerte
               aún. Esta puede significar un área de oportunidad para los procesos de rehabilitación que se ofrecen en los
               institutos públicos de salud: es mejor brindar la rehabilitación cuando el paciente puede mover un poco
               su cuerpo; es decir, cuando la médula se ha desinflamado. Al menos, puede resultar más alentador para el
               propio paciente.

               “Me dieron de alta en el IMSS –cuenta Gustavo-, después de pasar dos meses y medio metido en un cuarto,
               sin haber logrado nada. Pero fue lo mejor, porque era inútil seguir ahí”. Afuera, tampoco había muchas
               alternativas –recuerda-: “me hablaron de una mesa que te verticaliza (que nunca te dicen el propósito de
               la misma, por cierto); pero al pararte, te ayuda a regular la presión arterial. Esto hace que funcione mejor
               todo tu organismo: se calcifican tus huesos; hay un mejor tránsito intestinal, entre otros efectos positivos”.
               Por supuesto, le recomendaron a Gustavo una de esas sillas de motor: “el problema es que, además de ser
               carísima (hasta 130 mil pesos, puede llegar a costar) a la larga se atrofia el poco movimiento muscular que

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