Page 96 - Primer libro VIM
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33)  Los servicios que en estas dos décadas, ha venido desarrollando y poniendo en práctica el Modelo,
                      buscan hacer realidad ese sentido de integralidad que hemos abordado ampliamente en todo el
                      documento; y, por eso mismo, el Modelo reconoce en las propias familias de las PCD atendidas,
                      ha un actor relevante de todo el proceso de rehabilitación. De lo que se trata, es que la PCD tenga
                      la posibilidad de satisfacer cada uno de sus potenciales o necesidades básicas, comunes a todo
                      ser humano: Curso de Rehabilitación Integral; servicio de Rehabilitación Psicológica; Programa
                      de  Transformación  Social;  Cursos  de  Semiología,  Capacitación  para  el  Trabajo  y  Programa  de
                      Integración Laboral, son herramienas que por ahora, aseguran la integralidad del modelo.

               Las Gráficas 71 y 72 muestran que no importa si tienen poco tiempo o mucho; en participaciones que van
               de los tres meses a los 10 años o más, las personas con discapacidad encuestadas expresan invariablemente
               su satisfacción con el Modelo VIM. Sólo 13 de ellas (menos del 7%) mencionan que se sienten poco o
               regularmente contentas con el apoyo recibido. El resto (93%) lo ubica en mucho o muchísimo.

               A continuación, mostraremos algunas gráficas de impactos específicos del Modelo, relacionándolas con los
               estigmas que el propio Modelo busca eliminar en cada caso.


               Área de Impacto: Personal                    Área de Impacto: Personal
               Estigma a eliminar: “PCD: incapaces de asumir   Estigma “PCD: incapaces de recibir más allá de una dadiva”
               compromisos”




























               Rosita Edler, en repetidas ocasiones. Se refirió al fatalismo con que se pretende menospreciar a las personas
               con discapacidad. En VIM creemos que no hay peor fatalismo discapacitante que pensar que una persona
               es incapaz de cambiar. Dejar de creer en los demás, eliminando cualquier posibilidad de esperanza y, por
               tanto, de solidaridad. El Modelo VIM ha comprobado en estos casi 20 años, que hay muchas razones para
               creer, esperar y amar a nuestra chueca humanidad.












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