Page 143 - 29 Lavoisier
P. 143

la combustión. Los animales que se introducían en él se sofocaban
            en unos pocos segundos,  y cuando se introducía una astilla ar-
            diendo, se apagaba como si se hubiera metido en agua. A continua-
            ción,  tomé los 45  granos  de  materia roja formada durante  este
            experimento, que puse en una pequeña retorta de vidrio, que con-
            taba con un recipiente apropiado para recibir los productos líqui-
            dos o gaseosos que se pudieran producir. Aplicándole fuego a la
            retorta en el horno observé que, conforme la sustancia roja se ca-
            lentaba, la intensidad de su color aumentaba.  Cuando la retorta
            estaba casi al rojo vivo, la cantidad de materia roja comenzó a dis-
            minuir,  y pocos minutos después había desaparecido completa-
            mente. Simultáneamente, se recogieron 41,5 granos de mercurio
            líquido en el recipiente, y en la campana de vidrio, 7 u 8 pulgadas
            cúbicas de un fluido elástico, mucho más capaz de soportar la res-
            piración que el aire atmosférico.
                Una parte de este aire, puesto en el tubo de vidrio de una pul-
            gada de diámetro,  mostró las siguientes propiedades:  una astilla
            ardía en él con un resplandor cegador, y el carbón, en lugar de con-
            sumirse lentamente como lo hace en el aire común, se quemó con
            una llama junto con un ruido de crepitación, como el fósforo, y emi-
            tía tanta luz que los ojos apenas podían soportarlo. Esta especie de
            aire fue descubierta casi al mismo tiempo por el doctor Priestley, el
            señor Scheele y yo mismo • El doctor Priestley lo llamó aire «deflo-
                                  2
            gisticado», el señor Scheele aire «empyreal»; al principio yo lo llan1é
            «aire eminentemente respirable», después sustituí este nombre por
            el término «aire vital». Veremos más adelante qué hacer con estas
            denominaciones.
                Reflexionando sobre las circunstancias de este experimento,
            percibimos que el mercurio, durante su calcinación, absorbe la parte
            saludable y respirable del aire, o para hablar con mayor precisión,
            la base de este aire respirable; que la parte restante del aire es una
            especie de mofeta, incapaz de mantener la respiración o la combus-
            tión,  y,  en consecuencia, que el aire atmosférico está compuesto
            de dos fluidos elásticos de cualidades opuestas. Como prueba de


        2 Esta mención tardía a Priestley y Scheele no puso fin  a una controversia que persi-
         guió a Lavoisier toda su vida, e incluso un par de siglos después de muerto.






                                                               ANEXO         143
   138   139   140   141   142   143   144   145   146   147   148