Page 8 - 04 Max Planck
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formarse sin que fueran inmediatamente destruidos por ella.  La
                     radiación y la materia estaban entonces en equilibrio térmico, a
                     una misma y  definida temperatura. Al  expandirse y enfriarse el
                     universo la radiación dejó de ser lo suficientemente energética
                     corno para romper los átomos,  y  así empezaron a formarse los
                     primeros elementos. La radiación empezó entonces a vagar por el
                     universo libremente, sin interaccionar con la materia. Esa radia-
                     ción la percibirnos hoy en día como una señal de microondas que
                     viene de todas partes con la misma intensidad.
                         El destino final  del satélite Planck era el segundo punto de
                     Lagrange del sistema Sol-Tierra, a un millón y medio de kilóme-
                     tros de nuestro planeta (por comparación, recuérdese que la dis-
                     tancia entre la Tierra y la Luna es de 380000 km).  Cuando un
                     cuerpo se sitúa en un punto de Lagrange la atracción gravitatoria
                     de los dos cuerpos en tomo a los que gravita es tal que las posi-
                     ciones relativas de los tres cuerpos permanecen siempre igual.
                     En el caso de Planck, alcanzado ese punto, el satélite mantiene
                     siempre la misma posición relativa respecto del Sol y la Tierra.
                     Desde esa situación privilegiada, Planck puede medir continua-
                     mente la radiación de fondo de microondas.
                         La radiación de fondo de microondas es una radiación tér-
                     mica, similar a la que emiten los cuerpos calientes. Max Planck
                     estudió las características de la radiación térmica durante gran
                     parte de su vida, en concreto, la que conocemos como radiación
                     de  cuerpo  negro.  En el año 1900,  varios físicos  experimentales
                     habían medido con precisión cómo cambia la intensidad de la ra-
                     diación de un cuerpo caliente en función de su temperatura y de
                     la longitud de onda. Uno de ellos, Heinrich Rubens, comunicó per-
                     sonalmente a Planck el 7 de octubre que las últimas medidas se
                     desviaban de  las fórmulas  previamente propuestas.  Probable-
                     mente ese mismo día,  Planck encontró una fórmula matemática
                     que se ajustaba perfectamente a los resultados experimentales.
                     Esta fórmula, conocida como ley de Planck, ha resistido todas las
                     pruebas experimentales realizadas desde entonces. La radiación
                     de fondo de microondas se ajusta a ella con precisión.
                         El hallazgo de Planck fue  una mezcla de disposición de los
                     datos adecuados, sabiduría, capacidad e inspiración: dispuso de





          8          INTRODUCCIÓN
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