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tanto en Florencia como en Siena. Llegó incluso a dar clase en el
                     monasterio de Vallombrosa, donde había estudiado.
                         Dos años más tarde se trasladó a Roma para conocer al ma-
                     temático Christopher Clavius (1538-1612),  uno de los más emi-
                     nentes de la época. Con estos contactos, Galileo buscaba hacerse
                     un nombre y lograr una plaza en alguna universidad. En 1588 Ga-
                     lileo  impartió  su famosa  conferencia sobre  la localización y
                     dimensiones del infierno de Dante. Sus buenas relaciones con la
                     corte allanaron el camino para que cuando, en 1589, el profesor
                     de Matemáticas de la Universidad de Pisa dejara libre la cátedra,
                     Galileo fuera su sucesor; retornaba a la universidad como profe-
                     sor donde había fracasado como estudiante. Galileo estuvo en
                     Pisa hasta 1592 con un sueldo muy humilde. Tras la muerte de su
                     padre, en 1591, las dificultades económicas se agravaron, dado
                     que tuvo que hacer frente a un gran número de gastos derivados
                     de su madre y sus hermanos. Se hacía necesario emprender nue-
                     vos retos y proyectos.



                     BAJO LA INFLUENCIA DE ARQUÍMEDES

                     Como discípulo de Ricci, Galileo recibió indirectamente la influen-
                     cia de Arquímedes y de su forma de aproximarse a la matemática.
                     Es posible que durante un tiempo conviviera en Galileo la concep-
                     ción aristotélica,  que  rechazaba que las matemáticas pudieran
                     describir la naturaleza por su carácter finalista y por pensar que
                     era la cualidad, y no la cantidad, la categoría que podía proporcio-
                     nar conocimiento del mundo.
                         El principio de Arquímedes, según el cual un cuerpo sumer-
                     gido en un líquido experimenta un empuje igual al peso del líquido
                     desalojado, le inspiró una de sus primeras invenciones: la balan-
                     cita (bilancetta en italiano). Se trataba de una balanza hidrostá-
                     tica que le permitía comparar densidades y determinar el peso
                     específico de los cuerpos. El primer ensayo, brevísimo, de Galileo
                     sería precisamente La bilancetta, publicado en 1586 y que conte-
                     nía una explicación sobre el funcionamiento de su invento. En el
                    texto se dice que está inspirado en el episodio en el que Arquíme-






         42          EL MÉTODO DE LA CIENCIA
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