Page 10 - 17 Laplace
P. 10

tura las herramientas del análisis matemático:  el cálculo y las
                     ecuaciones diferenciales.
                         El académico Laplace, transformado ahora en sabio y filósofo
                     oficial, pondrá enseguida la primera piedra de lo que es su gran
                     contribución al desarrollo de la ciencia: la «progresiva matemati-
                     zación de los cielos y de la tierra», recurriendo, respectivamente,
                     a la mecánica de Newton y a la naciente teoria de la probabilidad.
                     Dos áreas de investigación, la probabilidad y la mecánica celeste
                     ( el propio Laplace acuñó el término), a las que consagrará el resto
                     de su vida científica. Su labor de profundización de la mecánica de
                     Newton le permitirá, precisamente, demostrar la estabilidad del
                     sistema solar, ratificando la victoria de Newton sobre Descartes.
                     Sobre este punto, conviene advertir que, tras la muerte del cien-
                     tífico inglés, la visión newtoniana del universo todavía estaba en
                     disputa con la cartesiana, porque quedaban bastantes problemas
                     abiertos en el ámbito de la mecánica celeste. En concreto, Laplace
                     abordó las anomalías que suponían algunos movimientos celestes
                     para la teoria de Newton, como el de algunos planetas y satélites,
                     o el de los cometas. Logró explicarlos uno tras otro con la única
                     ayuda de la ley de la gravitación universal. El «sistema del mundo»
                     era, por tanto, estable. Los nuevos moradores del sistema solar
                     que los telescopios habían ido descubriendo ( el planeta Urano,
                     dos satélites más de Saturno y algunos asteroides) no ponían en
                     peligro el orden reinante en el universo conocido. Lejos de ser un
                     simple epígono de Newton, como frecuentemente lo describen los
                     historiadores que saltan de Newton a Einstein, Laplace fue clave
                     en el triunfo póstumo del gran filósofo natural inglés. Fruto del
                     crédito obtenido fue su colaboración con Lavoisier, otro ilustre
                     científico del momento, con el objetivo de extender a la «tierra»
                     los éxitos del programa newtoniano aplicado a los «cielos», en
                     particular en el ámbito de la química.
                         Pero 1789 fue un año que can1bió la historia del mundo. Vere-
                     mos cómo el ciudadano Laplace vivió ese momento estelar para
                     la humanidad. La Revolución francesa supo movilizar a la Ciencia,
                     con mayúscula, y poner a los científicos en armas. De este modo,
                     nuestro personaje se convirtió sucesivamente en un tecnócrata
                     que impulsó la adopción del Sistema Métrico Decimal, en un pe-






         10          INTRODUCCIÓN
   5   6   7   8   9   10   11   12   13   14   15