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Napoleón, se subió al carro de los bonapartistas y,  en el último
                     momento, juró lealtad a los Borbones?
                         Esta obra trata de despejar esa incógnita que toda biografía
                     supone, ll.'.'Í como explicar lo esencial de sus múltiples e impor-
                     tantísimas aportaciones científicas.  Contar las muchas vidas del
                     marqués de Laplace requiere conectar su obra científica con su
                     papel como figura social y política señera en esos años en que
                     se abrió paso la Edad Contemporánea. A diferencia de su com-
                     patriota, Frarn;ois-René de Chateaubriand, Laplace nunca escri-
                     bió unas Memorias  de  ultratumba, pero perfectamente podría
                     haberlo hecho, porque su turbulenta vida daba para ello. Laplace
                     aprendió a compaginar la vida doméstica con una vertiginosa ca-
                     rrera científica que se vio envuelta en los grandes acontecimientos
                     políticos y sociales que le tocó presenciar y en los que participó
                     activamente: el de1Tlllnbe del Antiguo Régimen, los frenéticos vai-
                     venes de la Revolución, el ascenso y la caída del Imperio napoleó-
                     nico y, finalmente, la Restauración borbónica.
                         Por desgracia, aún persiste en la historia de la ciencia la ten-
                     dencia a considerar el tiempo que dista entre Newton y Einstein
                     como un período de relativa calma, en el que los científicos de la
                     talla de Laplace se dedicaron meramente a perfeccionar la mecá-
                     nica newtoniana, antes de que  el electromagnetismo hiciera su
                     aparición y la teoría de la relatividad lo trastocara todo. Sin em-
                     bargo, este libro pretende añadir una cierta dosis de inestabilidad
                     a ese remanso de aguas tranquilas que se pretende fue el ambiente
                     científico de esos siglos, el XVIII  y el XIX,  quiere retratar a personas
                     vivas, inmersas en sus fórmulas y laboratorios, apasionadas, car-
                     gadas de instrumentos, impregnadas de saber práctico y estrecha-
                     mente vinculadas a un medio social y político amplio y vibrante.
                     En lugar de una pálida y exangüe ciencia, se quiere mostrar que la
                     ciencia que le tocó vivir a Laplace tiene historia, flexibilidad, san-
                     gre, en suma.
                         El marqués fue mucho más que el símbolo de una gloriosa
                     pero tranquila época científica. Destinado por sus padres a ser un
                     vulgar cura de provincias, Laplace se convirtió en un académico
                    precoz en el París de la Ilustración, popularizó la ciencia durante
                     la Revolución francesa, extendió el uso del Sistema Métrico Deci-






         8           INTRODUCCIÓN
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