Page 63 - 03 Heisenberg
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tiene para mí la gran ventaja de que aprenderé de una vez y correc-
        tamente matemáticas y astronomía». Estas sesiones acababan de
        manera informal, y a menudo Bom y Heisenberg tocaban el piano,
        alternativamente o a cuatro manos. Bom estaba tan satisfecho
        con Heisenberg que escribió a Sommerfeld para proponerle que,
        después de su tesis, Heisenberg volviera a Gotinga para preparar
        allí su habilitación y convertirse en su colaborador.
           En febrero de 1923 a Heisenberg se le ocurrió una idea para
       verificar hasta qué punto se podía aplicar la mecánica clásica. Se
       trataba de considerar el átomo de helio con uno de sus electrones
        en una órbita muy excitada, es decir, un núcleo con un electrón
        cercano y el otro en una órbita muy alejada. Su idea era que podría
        considerarse como un átomo de hidrógeno muy excitado cuyo
       núcleo está perturbado por un electrón próximo. Pero aquello no
       funcionaba, y en uno de sus pocos momentos de pesimismo escri-
       bió a su amigo Pauli:  «Todos los modelos actuales del helio son
       tan malos como lo es la física atómica».
           En el verano de 1923, Bohr, Pauli, Bom y Heisenberg estaban
       dispuestos a aceptar lo inevitable. Los fallos obvios de todos los
       modelos cuánticos para los átomos y moléculas más sencillos,
       aparte del átomo de hidrógeno, demostraban claramente, en pala-
       bras de Bom, «que no solo se necesitan nuevas hipótesis en el
       sentido usual de hipótesis físicas, sino que todo el sistema de con-
       ceptos físicos debe ser reconstruido desde sus bases». Bom pro-
       clamó que ya era hora de buscar una nueva teoría, a la que dio el
       nombre de mecánica cuántica.




       UN DOCTORADO POR LOS PELOS

       En mayo de  1923, Heisenberg volvió a Múnich para acabar sus
       estudios y preparar su tesis doctoral. Hasta entonces había des-
       cuidado los cursos generales de Wien sobre física experimental.
       En su momento, Pauli había seguido dos cursos, uno de cuatro
       horas semanales y otro de ocho horas. Pero Heisenberg no mostró
       demasiado entusiasmo por la física experimental, y solo siguió el





                                          LA CRISIS DE  LOS MODELOS ATÓMICOS   63
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