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EL FESTIVAL BOHR

                     En junio de 1922, Max Bom (1882-1970) organizó en Gotinga un
                     encuentro con Bohr al que acudió un gran número de físicos ale-
                     manes.  La reunión fue  importante por razones tanto científicas
                     como políticas. Durante varios años después de la guerra, los cien-
                     tíficos de los países «perdedores» se vieron sometidos a un boicot
                     por parte de los «vencedores»; Francia y Bélgica fueron especial-
                     mente intransigentes en ese boicot. El aislamiento es algo perju-
                     dicial para la ciencia,  y  los  científicos alemanes solo tenían la
                     posibilidad de acudir a congresos convocados por países que ha-
                     bían permanecido neutrales durante la contienda. La visita de Bohr
                     contribuía, por tanto, a romper ese boicot, y los físicos alemanes
                     pudieron debatir sobre cuestiones de física atómica y teoría cuán-
                     tica con la figura más importante del momento. Sommerfeld acu-
                     dió a Gotinga acompañado de Heisenberg y de otros estudiantes a
                     su cargo. Este encuentro coincidió con el primer Festival Haendel
                     ( «Han.del  Festpiele» ),  una serie de  conciertos y  actividades en
                     tomo a la figura del compositor, que se sigue celebrando todos los
                     años en varias ciudades alemanas; por ello, entre los científicos se
                     le dio el nombre de Festival Bohr.
                         A lo largo de dos semanas, Bohr presentó de forma sistemá-
                     tica la situación de la física atómica, detalló los problemas plantea-
                     dos y  esbozó posibles soluciones.  Lo  que había que hacer era
                     definir las reglas cuánticas y aplicarlas consistentemente. Por eso,
                     cuando mencionó el modelo «rumpf» de Heisenberg, lo hizo sin
                     mucho entusiasmo, pues a pesar de sus logros las hipótesis no se
                     podían justificar. Bohr presentó en una de las charlas el trabajo que
                     Kramers, un colaborador suyo, había hecho sobre el efecto Stark
                     - así se llama a la separación de las líneas espectrales en presencia
                     de un campo eléctrico externo-. Heisenberg ya había estudiado
                     el trabajo de Kramers, e intervino al acabar la charla de Bohr para
                     expresar varias críticas a ese trabajo, lo que no dejó de causar una
                     gran sorpresa en la audiencia: un estudiante, que aún no había aca-
                     bado sus estudios, se atrevía a criticar a un colaborador del gran
                     maestro. Pero las críticas eran pertinentes y,  al acabar la charla,
                     Bohr propuso a Heisenberg dar un paseo por los alrededores para






          58         LA CRISIS DE LOS MODELOS ATÓMICOS
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