Page 56 - 03 Heisenberg
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nario se inició un largo debate sobre si los números cuánticos
                     semienteros eran o no aceptables. El sarcástico Pauli se burlaba
                     y decía que después de medios números enteros usaría cuartos, y
                     luego octavos, etc. Un par de meses después, Sommerfeld reci-
                     bió una carta de su antiguo ayudante Alfred Landé comunicán-
                     dole  que podía explicar el efecto Zeeman anómalo utilizando
                     números cuánticos semienteros. Sommerfeld le respondió que,
                     en su opinión, todo aquello no estaba aún maduro para ser publi-
                     cado, y añadió: «Su nueva representación está en buen acuerdo
                     con lo que  ha encontrado uno de mis estudiantes ( del primer
                     semestre), pero no ha sido publicado». Tanto Heisenberg como
                     Landé habían jugado hábilmente con números.  No  sabían qué
                     podían significar esos números cuánticos semienteros, ni tenían
                     un modelo que los justificara, pero era algo que funcionaba y
                     permitía encontrar cierto orden en las líneas observadas.  Los
                     números cuánticos semienteros hicieron su aparición para que-
                     darse:  están relacionados con una propiedad del electrón a la
                     que se llamó espín, pero durante algún tiempo fueron un nuevo
                     quebradero de cabeza.
                         Heisenberg  acabó  imaginando  un modelo  que  ahora solo
                     tiene interés histórico. Daremos, no obstante, una breve idea del
                     mismo, como muestra de la intuición de Heisenberg. Los electro-
                     nes de valencia en un átomo son aquellos que están menos liga-
                     dos; por ejemplo, en los átomos alcalinos hay un solo electrón de
                     val~ncia,  en los alcalinotérreos hay dos,  etc.  Estos electrones
                     están orbitando en tomo al resto del átomo ( el núcleo atómico y
                     los  demás  electrones),  a  lo  que  Heisenberg  dio  el  nombre  de
                     atomrumpf, que significa algo así como «tronco del átomo». Un
                     electrón en una órbita posee un momento angular cuyos valores,
                     según el modelo de Bohr, son múltiplos enteros de la constante de
                     Planck. Heisenberg consideró la energía de .interacción entre la
                     espira magnética del electrón de valencia, el momento magnético
                     del «tronco» y el campo magnético externo, y vio que podía obte-
                     ner las energías de los estados estacionarios si el electrón de va-
                     lencia compartía con su «tronco» su momento angular, y así podía
                     explicar el efecto Zeeman anómalo. Por tanto, el número cuántico
                     semientero resultaba de repartir a partes iguales un momento an-






          56         LA CRISIS DE  LOS  MODELOS ATÓMICOS
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