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Tal vez ha pasado el tiempo en que se daba rienda suelta a la imagi-
nación del investigador para idear modelos de átomos y moléculas
. a voluntad. Ahora estamos más bien en situación de construir mo-
delos con cierta seguridad, aunque todavía no completa, mediante
la aplicación de las reglas cuánticas.
Born se puso manos a la obra inmediatamente con su nuevo
ayudante Pauli, cuya presencia fue efímera, pues solo estuvo un
semestre en Gotinga.
El modelo de Bohr solo funciona bien cuando se aplica al
caso más simple con dos partículas, como el átomo de hidrógeno
-un núcleo con una carga positiva y un electrón- o el átomo
ionizado de helio -un núcleo con dos cargas positivas y un elec-
trón-. De manera general, las órbitas se pueden determinar exac-
tamente en el problema de dos cuerpos, pero no a partir de tres o
más cuerpos. Además, había preguntas sin una respuesta satisfac-
toria: ¿cómo se explica el sistema periódico de los elementos?
¿Por qué los electrones no ocupan la órbita de menor energía en
todos los átomos? En su tesis doctoral, Pauli había abordado un
problema que parecía sencillo: la molécula de hidrógeno ionizada
-dos núcleos con una carga positiva y un electrón-. Pensó que
una buena aproximación sería suponer que los dos núcleos per-
manecieran en posiciones fijas, de manera que en realidad consi-
deró dos sistemas imbricados de dos cuerpos. Todo parecía muy
razonable, pero no servía para nada, ya que los resultados finales
no se correspondían con las líneas espectrales observadas.
Born se propuso establecer una nueva teoría cuántica, calcu-
lando las órbitas de forma rigurosa según lo que se sabía de astro-
nomía, y aplicando las reglas cuánticas de manera consistente.
Durante el siglo XIX se desarrolló en astronomía la teoría de pertur-
baciones. Según dicha teoría, para calcular las órbitas planetarias
en el sistema solar, se resuelve primero el movimiento de cada uno
de los planetas en torno al Sol, ignorando la atracción con los
demás, algo razonable porque en comparación con la del Sol, estas
atracciones son mucho más pequeñas. Se considera que perturban
las órbitas previamente calculadas, lo que se incorpora al cálculo
como una serie de correcciones progresivas. El método es muy
60 LA CRISIS DE LOS MODELOS ATÓMICOS