Page 33 - 26 Fermi
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Cuando el joven Fermi llegó a Pisa, por suerte tenía una habita-
ción, aunque humilde y algo fría, y no debía preocuparse por su
sustento gracias a la beca que había logrado. Los menús no eran
demasiado variados, pero su mejor alimento fue la bien nutrida
biblioteca que ahora tenía a su alcance. Acababa rápido los de-
beres que le ponían sus profesores y continuaba con su forma-
ción extracurricular; entonces no estaba el ingeniero Amidei para
orientarle. Se conservan sus notas de aquella época en las que es
habitual ver ordenados listados de los libros que leía. En 1919 em-
pezó a explorar los primeros trabajos de Niels Bohr (1885-1962)
sobre el espectro del hidrógeno, la teoría electrónica de la materia
de Owen Williams Richardson (1879-1959), el cálculo tensorial de
las notas de Tullio Levi-Civita (1873-1941) sobre relatividad es-
pecial, el trabajo de Ludwig Boltzmann (1844-1906) sobre física
estadística y el manual de Ernest Rutherford (1871-1937) sobre
radiactividad. Se estaba forjando el futuro Fermi.
Pero Fermi no estaba todo el día encerrado estudiando. Al
llegar a Pisa entabló amistad con Franco Rasetti, un estudiante de
primer curso de física, como él, aunque con un interés especial por
las ciencias naturales, y con el que pudo compartir su afición
por el montañismo. Fermi empezó a frecuentar el hogar de los Ra-
setti, donde su madre les preparaba suculentas comidas caseras
que variaban la monótona dieta de Enrico en la Scuola Normale.
UN MUNDO DE FERMIONES 33