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Nizze  (1824)  y la edición francesa de  Peyrard (1807).  Ya  en la
                     época actual, y superando las anteliores, el trabajo de investiga-
                     ción, recopilación y traducción más importante se lo debemos a
                     Heiberg. A finales del siglo xrx publicó una traducción de toda la
                     obra conocida de Arquímedes hasta el momento, a partir de un
                     manusclito gliego del siglo xv.  En 1906, como ya se ha señalado,
                     Heiberg descublió el denominado «palimpsesto de Constantino-
                     pla», en el que encontró vados trabajos, incluido El Método. Otras
                     recopilaciones y traducciones clásicas citadas en cualquier estudio
                     de manera recurrente son la versión inglesa de Heath y las versio-
                     nes holandesa e inglesa de Dijksterhuis. Estas últimas son de fácil
                     acceso y lectura gracias a las múltiples reediciones y traducciones
                     a  distintos idiomas,  dato que puede interesar a  cualquiera que
                     desee profundizar un poco en la obra del sabio de Siracusa.

          «Arquímedes anticipa nuestro cálculo integral, tanto en el tiempo
          como en la seguridad de los procedimientos y en la genialidad de
         los artificios no superados por los precursores del siglo xvrr.»

         -  P AOLO  RUFFINI,
                         En los textos de Arquímedes y en líneas generales es inme-
                     diata la identificación de dos estilos narrativos: epistolar y cientí-
                     fico.  Ya se ha hablado de la correspondencia de Arquímedes y
                     cómo gracias a ella sabemos algo sobre su vida. Respecto al estilo
                     científico,  sus obras se acercan más al ensayo científico que al
                     texto docente, típico este último de su época y de los siglos si-
                     guientes. De hecho, los destinatados de los tratados de Arquíme-
                     des no son estudiantes, ni mucho menos, sino que están diligidos
                     a personas con bagaje en el uso de la geometría, es decir, a sus
                     iguales.
                         Es patente que recoger los descublimientos y estudios de Ar-
                     químedes podría ocupar vados volúmenes. En la presente obra se
                     estudian algunos de sus resultados: dedicaremos un capítulo a los
                     trabajos sobre física matemática, otro a los resultados puramente
                     matemáticos y un tercero a los ingenios que se suponen de su
                     autoría.





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