Page 29 - 15 Arquimedes
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les y cuáles eran sus verdaderas opiniones sobre los ingenios que
pudo haber construido, pero no es del todo negativo que se
pierda en la memoria del tiempo cómo se sucedieron realmente
los hechos. Pasar de la historia a la historieta no debe tomarse
solo como un inconveniente, sino que también significa una opor-
tunidad. Todo el mundo recuerda al Arquímedes de sus años de
estudios p1imarios como aquel científico que corría enloquecido
por las calles de Siracusa gritando «¡Eureka!, ¡eureka!», cele-
brando de este modo el descubrimiento del hoy llamado princi-
pio de Arquímedes. Es poco probable que esta historia contada
en el siglo r a. C. por el arquitecto romano Marco Vitruvio en De
architectura fuera cierta; sin embargo, sirve para reforzar en
nuestra memoria algo más importante que la historieta: la figura
y los resultados científicos de Arquímedes. Y muchos incluso re-
cuerdan que con ese descubrimiento solucionaría el problema de
la corona de oro del tirano Hierón, pasaje que trataremos más
adelante.
«Entre todos los trabajos que se refieren a las disciplinas
matemáticas, parece que el primer lugar puede ser reivindicado
por los descubrimientos de Arquímedes, que confunden a las
almas por el milagro de su sutilidad.»
- EVANGELISTA TORRICELLI.
EL LEGADO CIENTÍFICO DE ARQUÍMEDES
Los textos arquimedianos que se conservan no están escritos por
regla general en lengua original ( dórico, antiguo dialecto griego),
sino que han llegado hasta nosotros en griego clásico, en bizantino
y en árabe. Además, parece ser que la mayor parte de los escritos
del genio de Siracusano se han conservado y, por supuesto, no se
conocen manuscritos del propio Arquímedes. Sus obras versan en
su mayoría de matemáticas, aunque también dedica bastantes lí-
neas a la física matemática (estática e hidrostática) o a la aplica-
ción de las matemáticas a problemas concretos.
UN SABIO EN LA AN TIGÜEDAD 29