Page 13 - Farewell

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viejo para empezar, pero no me asusta. Me duele usted, me da
tristeza, saber que se resignara, porque la promesa no era esa.

Era respetarnos mutuamente y hablar, no había tabúes.

Cosas que echarse en cara, muchas; y hacer sentir al otro peor de
lo que se sentía cada uno, era un sin sentido. El remordimiento

asomaría el hocico más tarde, cuando la marea de la conversación
bajara. Sollozaba, pensar le dolía y el relato en su cabeza más,
lágrimas corrían. A ella, los hijos la necesitaban.

La neblina cedió y el sol remontaba hacia a los cerros; cualquier
tiempo es bueno para irse, para lo indefinido. La mujer, entró en
la casa y salió con la mochila de pastorear los animales. Sabia la

dedicación, todo estaría, no faltaría nada.

La mujer calló, el pelo le caía sobre la cara y lo apartó con un
gesto, que sabía a él le gustaba. El hombre extendió la mano,

asió la mochila, la acomodó en la espalda. Dio un paso atrás y la
contempló detenidamente por un instante que pareció eterno, sacó

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