Page 14 - Farewell
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Neraf Melp
un pañuelo y secó las lágrimas, se frotó los ojos, se sonó la nariz y
lo metió como pudo en un bolsillo trasero del pantalón. La atrajo
hacia si y la abrazó fuerte, le acarició el pelo, la cara y entonces la
besó como se besa una mujer… Se apartó y su semblante tenía un
aspecto más relajado y musitó:
― Le estoy agradecido por mis hijos, por las noches de gozo,
permitirme amar su cuerpo tantas veces, por cuidarme, lo que
me ha dado y más que todo, aguantarme harto rendido. Esto
no va de si usted o yo cambiamos, esto es la verdad que hiere,
corta y destaja. Hay otra mujer que no es tan buena hembra
como usted, pero ahí vamos, tirando para el mismo sitio…
no es necesario el divorcio, pero si quiere, nada más dígalo
y hablamos con el hijo del Señor Parahoy y lo arreglamos
rápido… ¿Estamos?
― No he hablado de dejarnos, ni divorcio, lo ha dicho usted, usted
es mi hombre antes, ahora y después; me duele que se vaya
así… me duele quedarme sola…
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