Page 54 - Un Libro de Porqueria
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26. PORQUERÍA
A todos les poníamos un sobrenombre. Yo a Carlitos le decía
“Quebracho”, porque era duro para destreza. Estaba “Pescadito” Ar-
nejo porque servía todo menos la cabeza. “Popliteo” Merlo porque el
culo le nacía a la altura de las rodillas. La ta-
na Repucci que al igual que Pipi Batista, ha-
cían las mismas maldades que yo (era como
mirarme al espejo) pero en femenino y les
pusieron Tana y Pipi (No podían ponerle algo
más malvado?). “El Loco” Pendenza que
estaba loco aunque ahora está mucho peor.
“Alelí” a Rosa Ankudovich (Por su risita).
Y así el resto. No se salvaba nadie, todos te-
Chiani - Repucci - Carballo nían su apodo y a mí, me pusieron “Porque-
ría”. Injustamente, tal vez porque era mayor
que la mayoría (Nací en 1958) y con esos 3 a 5 años de diferencia
yo les hacía notar ciertos actos juve-
niles que no se correspondían con un
estudiante universitario.
Y aunque admito que alguna vez
cometí algún acto de burla, leve, es
un sobrenombre despectivo y cruel,
carente de todo fundamento, que no
merezco bajo ningún punto de vista,
pues es una falacia total.
Dicho esto, admito que de vez en cuando, les hacía ciertas malda-
des a la gente a mí alrededor. Pero era simplemente para que estén
PERMANENTEMENTE ATENTOS!!
Una vez en la casa de la Colo, leí casi una hora y le hice repetir to-
do lo que leí, tal cual, con fechas y todo.