Page 13 - Diagnóstico Cultura - CORCUMVI
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En los siglos XVII y XVIII las misiones religiosas fueron apoderándose poco a poco de
los territorios de pie de monte llanero, evangelizando a los pueblos originarios que aún
sobrevivían. En el siglo XVIII, la Compañía de Jesús adquirió cantidades exorbitantes
de tierras, para establecer misiones y haciendas -con rasgos feudales- en los llanos
orientales, entre ellas la de Apiay en 1740, de 100.000 hectáreas, que dio inicio a la
historia de Villavicencio. Este sitio, ubicado entre los ríos Ocoa y Guayuriba, fue
adquirido para que el ganado que venía de las otras haciendas descansara y se
repusiera para después ser arriado a los mercados de Santa Fe. (Gómez, 1988; Peréz,
2007).
Después de la expulsión de los Jesuitas en 1767, la hacienda Apiay pasó a ser
administrada por una Junta de Temporalidades. Se subasta en 1781. Después de
tener varios propietarios, en 1797 fue adquirida por los hermanos Vicente y Jacinta
Rey, quienes la heredaron a sus familiares. Aunque pasó un siglo de pleitos y litigios,
este territorio no se fraccionó. Muchas personas invadieron los terrenos. En 1920 en
disputa por estas tierras había 530 propietarios con títulos de comuneros y otro buen
número de vegueros, u ocupantes sin título, algunos de ellos allí por generaciones.
Estos ocupantes no tuvieron mayor oposición para fundarse, pues la hacienda era tan
grande, y los herederos tantos, que no había control. En 1943, la Ley 51, dio solución
a la propiedad colectiva de grandes feudos en Colombia, permitiendo vender
fraccionando, a los invasores. (Apiay, Gramalote y Villavicencio, 2006; EcuRed, n. d.).
En este territorio en disputa, se fue constituyendo un caserío, que inicialmente se llamó
Gramalote, porque surgió a orillas de un afluente que llevaba este nombre, y
posteriormente, el 21 de octubre de 1850, por orden de la Cámara Provincial de
Bogotá, se le designó como Villavicencio (Espinel Riveros, 2000). La localización
geográfica, un punto entre la cordillera y el llano, fue configurando a esta población
como un lugar de paso, no solo en la ruta ganadera entre las haciendas y la capital del
país, sino para todo tipo de comercio. También desde 1836, por la fertilidad y
ubicación, la región resultó atractiva para los habitantes de pueblos de la cordillera,
como Quetame y Fosca. Y así poco a poco se fue creciendo la ciudad, recibiendo a
migrantes, situación que hoy en día aún continúa, configurando a Villavicencio como
un lugar de múltiples culturas que aunque no se reconocen, si la constituyen. (Apiay,
Gramalote y Villavicencio, 2006; EcuRed, n. d.).
Aunque la fecha del 6 de abril de 1840, ha generado muchas disputas, es la que se
considera como la fundación de la ciudad (Espinel Riveros, 2000).
La influencia y el ejercicio de poder de la Iglesia Católica sigue signando los destinos
de Villavicencio y el bipartidismo político marca varios acontecimientos. En este
contexto suceden una serie de hechos que transforman la ciudad:
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