Page 13 - marzo
P. 13
Noches de “ϐicha”, fechas y otros días
Alejandro Velázquez Betancourt*
Cada una de las acciones que emprendimos (y emprenderemos) en nuestro movimiento de
resistencia, fueron y seguirán siendo importantes, aunque para la consecución de los objetivos que
nos trazamos, y para la memoria, algunas resultarán más signifi cativas que otras. De este modo,
dicho con toda admiración y agradecimiento para quienes formaron parte de ellas, las huelgas de
hambre llevadas a cabo por valerosos y valerosas compañeras y compañeros ocupan el sitio más
elevado en esta jerarquía y requieren de alguien que escriba acerca de ellas con la inteligencia,
seriedad, profundidad y verdad histórica que merecen.
Enseguida, por su trascendencia, están los distintos plantones que realizamos. De entre ellos, al
menos para quien esto humildemente escribe, y sin afán de menoscabar el compromiso y signifi cado
que entrañaron todos y cada uno de ellos, el más relevante ha sido el que mantuvimos durante poco
más de seis meses del año 2011 (este marzo se cumplieron siete años de su inicio) en el Zócalo de
la Ciudad de México, también conocido como Plaza de la Constitución, y que levantamos a escasos
días de la celebración del aniversario del grito de independencia.
No fue poco lo que como organización
obtuvimos de aquella prolongada y desgastante
jornada de lucha: la devolución de una parte del
dinero del SME que el gobierno calderonista
tenía congelado y la toma de nota de los 26
miembros del Comité Central por parte de la
Dirección del Registro Público de Asociaciones
de la Secretaría del Trabajo -¡trágate ésa otra vez,
Javier!-, misma que ahora pretende desconocer
un grupo de dizque “compañeros” jubilados que
ha demandado al Sindicato.
Pero volvamos al asunto: Justamente en los
albores de este plantón, para ser precisos el 11 de
abril, cuando se cumplía un año con seis meses
de la resistencia contra el decreto de extinción,
una oncena de compañeros fueron detenidos
durante una movilización en las inmediaciones
de lo que entonces era la sucursal Anáhuac de
Luz y Fuerza. Su liberación fue una exigencia
por la que tuvimos que luchar más de dos años,
pero entonces fue uno de los puntos consignado
en la minuta como condición para retirarnos del
Zócalo.
Así pues, lo primero y más evidente que un
plantón expresa es la existencia de un confl icto
a través de la ocupación indefi nida del espacio
público por uno de los antagonistas, que al hacerlo
visible busca ejercer presión para hallar solución
* Credencial: 089197
11