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El colegio solo forma parte de una pequeña fracción de tu vida, y el día en que se acaba esta etapa
está más cerca que nunca, pero nunca me he sentido tan lejos de saber lo que es vivir verdadera-
mente un último año de colegio como ahora; sin duda el 2020 no fue el año que todos esperaban,
pero este nos dio la oportunidad de valorar lo que realmente importa, al darnos cuenta de que no es
un día más en nuestras vidas, sino un día menos. Aunque a veces quisiera volver al pasado, no sería
para cambiar las cosas, sino para sentir algunos momentos otra vez, y cuando llegas al final, aprendes
que lo importante ha sido el camino, y que durante este te han acompañado muchas personas a las
cuales, para devolverles el favor, solo les puedes dar las gracias. Primeramente, le quiero agradecer a
mi familia por todo lo que me han dado y apoyado durante estos primeros años de mi vida, por todo
el tiempo y esfuerzo dedicado y por siempre desear lo mejor para mí. También quiero agradecerles a
todas las personas que trabajan en el San Ignacio, los que se esfuerzan todos los días para que
encontremos todos los espacios limpios y organizados, los que con una sonrisa te servían el almuerzo
día tras día, a todos los que se esforzaban en Pastoral por recordarnos la importancia de la labor de
ayudar al que lo necesite, a los que trabajan detrás de un computador y que casi nunca veíamos
porque, sin importar eso, sé que están trabajando para hacer del Colegio un mejor lugar, en fin.
Además, quiero agradecer, sin duda alguna, a todos los profesores y profesoras, quienes por dentro y
por fuera de las aulas son grandes ejemplos; a los que me enseñaron a no guardarme nada y siempre
dar el 101%; a los que más que enseñarme conceptos y teorías, me han dado todas las herramientas
para formarme como persona, para ser hoy en día la persona que soy y seré, por lo cual estaré eterna-
mente agradecido; especialmente quisiera destacar la labor de uno de ellos, que con mucha facilidad
puedo decir que es el mejor profesor que he tenido en lo que llevo de vida, quien es la prueba viviente
de que todo es cuestión de actitud, quien con su ejemplo me ha enseñado que antes de ser cualquier
cosa en la vida, tenemos que ser humanos, quien te demuestra que de los libros de física se aprenden
más cosas para la vida que solo física. Muñe, gracias por todo, “nunca cambies”. Por último, quiero
agradecer a esas personas que me vieron llegar hace 3 años al Colegio San Ignacio y me recibieron
de la mejor manera, por el sentimiento de acogida que siempre estará conmigo, a esos por los que
provocaba madrugar todos los días, a esos que están en los mejores momentos y en los no tan
buenos y a esos con los que he vivido momentos que vale la pena recordar toda la vida. Por esto y
muchas cosas más, gracias.