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Qué bendición el colegio. Respecto a este lo único que tengo para decir es
                                                     gracias… Gracias a los profesores, que me dieron una fortaleza académica y,
                                                     con sus reflexiones y reprensiones, una espiritual. Gracias a los compañeros
                                                     con quienes disfruté miles de experiencias, me enseñaron el valor de la amis-
                                                     tad, el trabajo en equipo, la diversión y el respeto. Gracias a mi familia, que me
                                                     acompañó en el proceso y me enseñó la importancia del trabajo duro, la disci-
                                                     plina y la constancia. Todos ellos fueron fundamentales para formarme como
                                                     persona y espero que todos vivan una vida asombrosa, como me la hacen
                                                     vivir a mí. Soy consciente de que cientos de estudiantes del colegio se han ido,
                                                     se van y se irán del colegio, por lo que la marca de cada uno no es relevante.
                                                     Sin embargo, sé que la del conjunto sí lo es. Por lo tanto, si mi presencia en el
                                                     colegio hizo un aporte para el conjunto de los estudiantes humildes, sencillos
                                                     y correctos, y otro para el de los estudiantes talentosos, competentes y sobre-
                                                     salientes, quedaré totalmente satisfecho. Puesto que sabré que fui un verda-
                                                     dero ignaciano.


                                                     Con mucho cariño, Simón Botero.
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