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Capítulo 13.    Evaluaciones de la seguridad operacional                                     13-7

              definir el límite entre un caso más desfavorable creíble y uno que depende tanto de coincidencias que no
              debería tenerse en cuenta. Para decidir sobre esto pueden emplearse las definiciones que siguen:



                     Caso  más  desfavorable:  se  esperan  las  condiciones  más  desfavorables;  por  ejemplo,
                     niveles  de  tránsito  extremadamente  elevados,  perturbación  debida  a  condiciones
                     meteorológicas extremas.

                     Caso  creíble:  esto  supone  que  no  es  exagerado  esperar  que  ocurra  la  combinación  de
                     condiciones extremas durante el ciclo de vida operacional del sistema.


              La evaluación debería examinar siempre la fase más crítica del vuelo dentro de la cual una aeronave podría
              resultar afectada por la falla del sistema que se considera, pero generalmente no será necesario suponer
              que ocurrirán simultáneamente fallas que no están relacionadas.

              Sin embargo, es importante identificar toda falla común, que ocurre cuando un solo suceso causa múltiples
              fallas en el sistema.

              Debería  asignársele  un  número  a cada  uno  de  los  peligros  identificados  y  registrarlos  en  un  registro  de
              peligros.

              El registro de peligros debería contener una descripción de cada uno de los peligros, sus consecuencias, la
              evaluación  de  su  probabilidad  y  gravedad  y  toda  medida  de  mitigación  necesaria.  Este  registro  debería
              actualizarse a medida que se identifiquen nuevos peligros y se presenten propuestas para su mitigación.


                                 TERCER PASO: ESTIMACIÓN DE LA GRAVEDAD DE LAS CONSECUENCIAS
                                               DE QUE UN PELIGRO SE MATERIALICE

              Antes  de  iniciar  este  paso,  deberían  consignarse  en  el  registro  de  peligros  las  consecuencias  de  cada
              peligro identificado en el Segundo paso. El Tercer paso supone la evaluación de la gravedad de cada una
              de estas consecuencias.

              Se  han  elaborado  sistemas  de  clasificación  de  riesgos  para  un  gran  número  de  aplicaciones  en  que  el
              análisis de peligros se emplea regularmente. Un ejemplo de uno de estos sistemas puede encontrarse en
              los Requisitos conjuntos de la aviación  — Grandes  aeronaves (JAR-25), elaborados por las Autoridades
              Conjuntas de Aviación (JAA).

              Muchas  administraciones  de  aviación  civil  reconocen  que  los  requisitos  JAR-25  constituyen  una  base
              aceptable para demostrar el cumplimiento de sus códigos de aeronavegabilidad nacionales. El JAR 25.1309
              y el correspondiente texto de consulta, AMJ 25.1309, especifican los criterios de clasificación de riesgos
              que  deben  emplearse  para  determinar  los  niveles  aceptables  del  riesgo  relacionado  con  diversas
              condiciones de falla en los sistemas de a bordo. Los niveles de aceptabilidad tienen en cuenta los índices
              de accidentes de años anteriores y la necesidad de que exista una relación inversa entre la probabilidad de
              pérdida  de  funciones  y  la  gravedad  de  los  peligros  originados  en  ese  suceso  para  la  aeronave  y  sus
              ocupantes.

              Si  bien  los  criterios  especificados  en  los  requisitos  JAR-25  están  relacionados  específicamente  con  la
              aeronavegabilidad  de  los  sistemas  de  a  bordo,  pueden  emplearse  como  guía  para  la  elaboración  de
              clasificaciones similares para otros fines. Varios Estados ya lo han hecho. En la Tabla 13-3 se presenta una
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