Page 72 - selim
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—No   -dijo-.  Su  hijo  no  tiene  ningún  hueso
             roto,  ni pequeño ni grande.   Este accidente no
             le  va  a  dejar  el  menor  rastro,  una  vez  que  se
             le  hayan  quitado  los  cardenales.  Pero  usted,
             como padre del chico,    ha hecho bien en venir,
             porque  he de decirle que este muchacho está
             bastante anémico.    Le  haría falta un clima más
             sano por algún tiempo, aire del campo.     ¿Tiene
             usted pensado mandarle a      algún sitio durante
             las vacaciones?


             Los  bigotes  de  padre  se  quedaron  lacios.  Sa-
             cudió la cabeza con aire de impotencia.

             —No   tengo  familia  fuera  de  Estambul -dijo-.
             Selim  nunca  ha  salido  de  la  ciudad...  El  viaje
             más   largo  que  ha  hecho  en  su  vida  ha  sido
             cruzar a la otra orilla del Bosforo.

             —Bueno,    me   hago   cargo...  -dijo  el  doctor-.
             Puedo   recetarle  un  reconstituyente,   pero   el
             aire  puro,  el  cambio  de  altura...,  todo  eso  no
             lo suple un frasco.


             Mamá    comprendió     enseguida    que   algo  no
             marchaba    bien  en  cuanto  vio  llegar  a  padre
             con Selim y el señor Averi.

             —¿Selim...?   -empezó     a  preguntar,  sin  atre-
             verse a completar la frase.
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