Page 17 - ¿Quién se ha llevado mi queso?
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produciendo cada día, así que daban por sentado que allí encontrarían su Queso,
como siempre.
No estaban preparados para lo que descubrieron.
—¡Qué! ¿No hay Queso? —gritó Hem, y siguió gritando—: ¿No hay Queso? ¿No
hay nada de Queso?, —como si el hecho de gritar cada vez más fuerte bastara para
que reapareciese.
»¿Quién se ha llevado mi Queso? aulló.
Finalmente, puso los brazos en jarras, con la cara enrojecida, y gritó con toda la
fuerza de su voz:
—¡No hay derecho!
Haw, por su parte, se limitó a sacudir la cabeza con incredulidad. Él también
estaba seguro de encontrar Queso en el depósito de Queso Q. Se quedó allí de pie
durante largo rato, como petrificado por la conmoción. No estaba preparado para
esto.
Hem gritaba algo, pero Haw no quería escucharlo. No quería tener que
enfrentarse con esta nueva situación, así que hizo oídos sordos.
El comportamiento de los liliputienses no era precisamente halagüeño ni
productivo, aunque sí comprensible.
Encontrar el Queso no les había resultado fácil, y para los liliputienses significaba
mucho más que, simplemente, tener cada día qué comer.
Para ellos, encontrar el Queso era su forma de conseguir lo que creían necesitar
para ser felices. Tenían sus propias ideas acerca de lo que el Queso significaba para
ellos, dependiendo de su sabor.
Para algunos, encontrar Queso equivalía a tener cosas materiales. Para otros,
significaba disfrutar de buena salud o desarrollar un sentido espiritual del bienestar.
Para Haw, por ejemplo, el Queso significaba sentirse seguro, tener algún día una
familia cariñosa y vivir en una bonita casa de campo en la Vereda Cheddar.
Para Hem, el Queso significaba convertirse en un Gran Quesero que mandara a
muchos otros y en ser propietario de una gran casa en lo alto de Colina Camembert.
Puesto que el Queso era tan importante para ellos, los dos liliputienses emplearon
bastante tiempo en decidir qué hacer. Lo único que se les ocurrió fue seguir mirando
por los alrededores del depósito Sin Queso, para comprobar si el Queso había
desaparecido realmente.
Mientras que Fisgón y Escurridizo se habían puesto en movimiento con rapidez,
Hem y Haw seguían con sus indecisiones y exclamaciones.
Despotricaban y desvariaban ante la injusticia de la situación. Haw empezó a
sentirse deprimido. ¿Qué ocurriría si el Queso seguía sin estar allí a la mañana
siguiente? Precisamente había hecho planes para el futuro, basándose en la presencia
de ese Queso.
Los liliputienses no podían creer lo que estaba ocurriendo. ¿Cómo podía haber
sucedido una cosa así? Nadie les había advertido de nada. No era justo. Se suponía
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