Page 85 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
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Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma


                         - ¿Irás a ver a Shawn? -Me dice, yo asiento. Segura de lo que voy a hacer,

                  tengo que estar con él al menos hoy.

                         - Sí, iré a verlo, necesito decirle que lo amo -Me sincero completamente

                  entré  risas,  Lucía  se  echa  una  carcajada,  me  asusta  verla  como  una  chica  de

                  nuestra edad, pero también me gusta.

                         -  Que  directa,  le  gustan  las  chicas  directas  -Me  empuja,  para  luego

                  abrazarme  por  los  hombros  al  igual  que  Cindy  me  tenía  anteriormente.

                  Caminamos las tres, entre los estudiantes con ropa extraña, platicando, nadie

                  mira el celular o trae los audífonos puestos, simplemente conviven entre ellos y

                  recuerdo mi celular. ¿Dónde estará? Suspiro, eso es lo de menos.

                         - Te extrañaré, osh. Odio las despedidas -Dice Lucía con recelo, yo me río

                  aplastándola contra mí.

                         -  ¿Crees  que  yo  no?  Puedes  irme  a  visitar  cuando  quieras  -Le  digo,

                  encogiéndome de hombros. Cindy hace un puchero.

                         - Yo no podré visitarte más -Dice triste, hago lo mismo con ella.

                         - Puedes llevarme tu maravilloso pastel de chocolate cuando quieras -Le

                  sonrió.

                         - ¡Shawnn! ¡Shawwn! -Casi grito, pero no quiero que nadie de su casa se

                  dé cuenta. Aviento unas piedritas a la ventana que chocan haciendo el clic clic

                  característico, la luz se enciende, puedo ver la silueta detrás de la cortina. Se me

                  para el corazón.

                         Shawn aparece detrás, me mira consternado, pero sonríe. Se ha hecho de

                  noche, mi última noche en los 80's. Llevo el peor suéter elegido por mi mamá,

                  pero siempre supimos que mi mamá tenía un mal gusto, me quedaba demasiado

                  grande  y  tenía  unas  franjas  de  color  verde,  rosa  y  azul.  Llevaba  también  un

                  pantalón de mezclilla acampanado hasta los tobillos y unas Converse negras. No

                  sé si me veía ridícula, pero necesitaba despedir los ochentas a mi manera.




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