Page 89 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
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Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma


                                                 PARTE CATORCE

          D


                         ónde dejo él...? ¡Ah!  -Tengo un mini infarto, él está ahí con camisa de

                         botones blanca y lentes negros, puedo ver como levanta una ceja al ver mi

                         susto al salir de un pasillo, hablándole pensando que era mi jefa.

                         - Necesito unas flores... -Me dice, sonriendo levemente y se quita las gafas.

                  Yo pierdo el color de la cara, aclaró mi garganta.

                         - Están al final del pasillo a la izquierda... ¡No! A la derecha, perdón -Le digo

                  cuando ya casi va a dar vuelta a la izquierda, pero parece darle gracia porque

                  puedo ver una risa traviesa en sus labios. Me sonrojo.

                         Voy corriendo hacía donde tenía las tarjetas de felicitación y regreso a

                  donde esta Shawn para comenzarlas a poner en esa típica cosa giratoria donde

                  pones las tarjetas. Yo lo miro de reojo, elige unas muy simples, son pequeñitas y

                  rosas. Aclaró mi garganta, el me mira.

                         - ¿Para tu novia? -Le preguntó, esperanzada a una respuesta negativa. El

                  niega. Suspiro.

                         - Para la esposa -Me dice, acercándose a mí sonriendo demasiado real que

                  me quiero desmayar. Quiero ver alguna pizca de broma en sus ojos o que se ría,

                  pero él lo dice demasiado seguro.
                         - Oh...- Es lo único que puedo decir, me siento demasiado incomoda por


                  haberme metido en algo que no me importaba, él se pone enfrente de mí, nos
                  separa el cartero giratorio mientras acomodo las tarjetas de cumpleaños y San


                  Valentín demasiado adelantado.
                         - ... De mi hermano- Comenta ya después de elegir una tarjeta de esas que

                  se regalan a las madres primerizas, me mira directo a los ojos y se ríe burlón, para

                  luego  ir  directo  a  la  caja  sin  decirme  nada  más.  Me  sonrojo  completa  por  lo

                  estúpida que fui, pero me entra la risa. Y a pesar de que él se va luego, me quedo

                  con aquella sensación de haber hablado con alguien que ya conocía.


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