Page 31 - El toque de Midas
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visión de concebir las cosas como podrían llegar a ser en lugar de asumir que sólo pueden ser como
lucen en determinado momento. Alguien tiene que hacerlo, y yo siempre he contado con la energía y
la visión para mejorar las cosas. Para mí puede llegar a ser muy claro lo que se necesita y, por
suerte, nunca he intentado eludir los desafíos. Siempre trato de acercarme a cada proyecto con
control emocional y de una forma práctica; no obstante, conservo el entusiasmo necesario para llevar
a cabo el trabajo. Es muy importante lograr este equilibrio.
La ciudad de los vientos
El Trump International Hotel & Tower de Chicago, ganó el premio que otorga la revista Travel +
Leisure al hotel número uno en Estados Unidos y Canadá. Obtener esa distinción fue un honor
maravilloso para un edificio tan extraordinario. Debo reiterar que su construcción tuvo algunos
momentos en que las dificultades se multiplicaron. Por ejemplo, tres meses después de comenzar la
cimentación, descubrimos que una buena cantidad de agua del río Chicago se había metido a la zona
de excavaciones. Como las bases se colocaron bajo el nivel pluvial, las condiciones de la vieja
mampara que protegía de inundaciones a la zona se convirtieron en un problema. ¿Soportaría la
presión? Para colmo, el agua se estaba metiendo por la esquina donde se interceptaban la mampara y
el puente de la avenida Wabash, y eso hacía que la situación fuera extremadamente delicada. De
inmediato nos abocamos a resolver el problema.
Después de eso descubrimos otro problema en el diseño estructural del edificio. Originalmente
se había planeado que la base y los primeros 14 pisos se hicieran de acero y se cubrieran con
concreto. Pero después, debido a que el crecimiento industrial de China estaba absorbiendo buena
parte de las reservas mundiales de acero, su precio se disparó hasta los cielos.
Entonces analizamos de nuevo el diseño y lo modificamos para que todo fuera de concreto. De
esa manera ahorramos millones de dólares y simplificamos la logística de construcción. La aparente
dificultad se convirtió en un beneficio para todos.
La cronología del proyecto revela la paciencia que se necesitó para completarlo. Yo comencé a
planear todo en el año 2000 y la construcción se inició en 2005. Tuvimos algunos tropiezos en el
camino pero, si alguna vez tienes la oportunidad de conocer el edificio, constatarás que nuestros
esfuerzos valieron la pena y logramos revertir cualquier traza de “mala suerte” para que, a final de
cuentas, terminara beneficiándonos.
Considero que siempre he sido un hombre afortunado porque tuve una gran familia. Mis padres
fueron ejemplos extraordinarios para mí, en especial mi padre, quien fue mi mentor. Además, recibí
una buena educación. Como se me brindaron grandes ventajas, siempre espero mucho de mí mismo.
En el camino he aprendido a darle la vuelta a la mala suerte y, por todo lo anterior, sé que es posible
hacerlo.
Fin del proyecto
A veces no he tenido que lidiar con mi mala suerte sino con la de alguien más, pero hace tiempo
descubrí que, afrontar los problemas de otras personas, es la clave para encontrar nuevas
oportunidades. En 1980 la ciudad de Nueva York anunció que renovaría la pista de patinaje
Wollman, una vieja instalación en Central Park, que siempre ha sido una atracción popular para
niños, familias y gente de todas las edades. Después de gastar 12 millones de dólares en
renovaciones durante más de seis años, la pista seguía cerrada. Por eso, en 1986, la ciudad anunció