Page 113 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN                                                             Donde termina el Arco Iris








                                                    Capítulo 25



                     De: Stephanie
                     Para: Rosie
                     Asunto: ¡Ascenso!
                     Sé que estás en el trabajo y por eso no te llamo. Hoy he recibido carta de mamá.
               ¿Qué es eso de un ascenso? ¡Mándame un e-mail en cuanto puedas!



                     De: Rosie
                     Para: Stephanie
                     Asunto: Ascenso
                     ¡No puedo creer que mamá haya sido tan bocazas!
                     ¡¡SI!! La noticia es cierta y me muero de ganas de empezar.
                     El cargo se titula HOTEL HOST, y antes de que te ilusiones más de la cuenta
               como nuestros queridos padres, no significa que vaya a dirigir el hotel. Seré la
               principal   fuente   de   información   para   los   huéspedes   para   garantizar   la   máxima
               satisfacción de los clientes (o eso me dicen...).
                     Me dieron la sorpresa de mi vida. Tuve que arrastrar literalmente mi cuerpo
               hasta la misma sala de reuniones donde tuve mi primera entrevista hace años. Tenía
               el corazón en un puño y las piernas me temblaban. Mi expresión corporal era nefasta,
               las palmas me sudaban, las rodillas entrechocaban y ya me imaginaba viéndome
               obligada a volver a trabajar para Randy Andy hasta que ambos alcanzáramos la edad
               de jubilación. Estaba convencida de que Bill y Bob Lake iban a pedirme con toda
               serenidad, sin levantar la voz, que fuera a mi escritorio, recogiera mis pertenencias,
               saliera del establecimiento y no regresara nunca más.
                     En cambio fueron muy generosos conmigo. Me fueron insufl ando confianza
               mientras explicaban lo que implicaba el puesto. Dijeron que estaban encantados con
               mi «actuación» en el hotel durante estos años (y espero que no se refirieran a la vez
               en que me tendí encima del piano y canté canciones de Barbra Streisand cuando
               todos los huéspedes se habían ido a dormir. No se puede culpar a una chica por
               intentar vivir una fantasía cuando tiene ocasión...).
                     Y allí los tenía, diciéndome que irradiaba encanto y confi anza, cuando en el
               fondo yo seguía esperando el momento en que sonreirían y me mirarían como si
               estuviera loca por creerles antes de decirme que lo del ascenso era una broma. Y yo
               venga buscar una cámara oculta.
                     Pero según parece me trasladaré a un nuevo hotel que aún está por construir
               (de ahí todas esas reuniones secretas con hombres y mujeres con traje negro, maletín
               de piel, pelo engominado y cara de palo que desfilaron de incógnito por el vestíbulo
               del hotel; fue como si estuviéramos viviendo la enésima secuela de  Matrix). Pero si
               hablan en serio, mi empleo me convertirá en la única responsable de la buena marcha
               de todos los aspectos del hotel y tendré que actuar de enlace con la oficina central y
               presentar informes semanales. Es la primera vez que tendré que «enlazar». Suena
               sexy y peligroso. Cualquier empleo que me suponga «enlazar» con los chicarrones de
               la oficina central es un exitazo para mí. Ya me veo emperifollada con un vestido de







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