Page 167 - Donde termina el arco iris
P. 167
CECELIA AHERN Donde termina el Arco Iris
ALEX: Porque me he disculpado.
ROSIE: ¿Por qué?
ALEX: Porque estoy harto de no saber de ti y te echo de menos.
ROSIE: ¿Por qué?
ALEX: Porque (y esto lo digo apretando mucho los dientes) Tú Eres Mi Mejor Amiga,
pero te advierto que no pienso escuchar ningún comentario malicioso sobre
ella esta vez.
ROSIE: ¿Por qué?
ALEX: Porque me gusta mucho, Rosie, y me hace feliz. Me vuelvo a sentir como el
chaval que trabajaba en la oficina de mi padre. Y además pienso que si no te
hubieses emborrachado tanto el día en que cumpliste dieciséis años y no
hubiesen tenido que hacerte un lavado de estómago, nunca nos habrían
pillado, no nos habrían expulsado y no me habrían castigado tan duramente
obligándome a archivar hasta el último papel de la ofi cina de mi padre,
donde, debo añadir, nunca habría conocido a Bethany. ¡Así que todo ha sido
por tu culpa, querida amiga!
ROSIE: ¡OH! ¿¿¿POR QUÉÉÉÉÉÉ??? ¿Por qué, Dios mío?
ALEX: Ja, ja. Tengo que dejarte porque dentro de unas horas me toca operar.
ROSIE: ¿Por qué?
ALEX: Porque resulta que soy cirujano cardiovascular y hay un pobre hombre, que se
llama señor Jackson, si realmente te interesa saberlo, que necesita una
intervención en la válvula aórtica.
ROSIE: ¿Por qué?
ALEX: Porque sufre estenosis aórtica.
ROSIE: ¿Por qué?
ALEX: Bueno, por lo general las causas de la insuficiencia aórtica son de origen
reumático. Pero no te preocupes (me consta que estás preocupada), el señor
Jackson se pondrá bien.
ROSIE: ¿Por qué?
ALEX: Porque gracias a setenta y cinco años de estudios he aprendido a realizar una
operación con la prótesis de la válvula que le ayudará. ¿Más preguntas?
ROSIE: La aorta está por el corazón, ¿verdad?
ALEX: Muy graciosa. Bien, ahora sí que tengo que irme. Me alegra mucho que
hayamos tenido esta conversación y que hayamos aclarado el asunto de
Bethany. ¿Estoy perdonado?
ROSIE: No.
ALEX: Fantástico, gracias. Hasta pronto.
ALEX se ha desconectado.
ROSIE: Gracias por preguntarme por mi trabajo, doctor.
De: Rosie
Para: Ruby
Asunto: ¡Socorro!
Socorro... Ayúdame... Oh, Dios, mi cabeza. Mi pobre cabeza. Mis desgraciadas
neuronas, ¿dónde están? Se han ido. Han muerto. Son las cuatro de la tarde y estoy
postrada en la cama (no tiene ni la mitad de gracia de lo que parece tener) y en la
cama es donde debería quedarme hasta el fin de mis días. Adiós mundo cruel,
saludos a todos, gracias por los recuerdos.
Y con los pocos que conservo de anoche intentaré explicarte exactamente lo que
hice, aunque al parecer se está formando una bruma muy densa que avanza desde
los bordes de mi cerebro hacia el centro. Procuraré desembucharlo todo antes de que
- 167 -