Page 2 - CONFI RELATO. Filomeno en la escuela
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“Filomeno en la escuela”


                  Aquel  16  de  marzo  de  2020  algo  extraño  parecía  ocurrir  en  el  planeta

                  tierra, Filomeno tenía una sensación parecida a aquellos animales que se
                  refugiaron horas antes de que el tsunami llegase a la costa de Indonesia
                  en  el  año  2004,  mientras  que  los  seres  humanos  seguían  bebiendo
                  cervezas y comiendo hamburguesas con salsas multicolores.

                  Los niños tienen muchos poderes, bastantes, igual que muchos animales,
                  ellos  se  comprenden  y  las  injusticias  no  las  aceptan,  aunque  muchos
                  adultos no se den cuenta de la magia de cada niño y niña.


                  Es  una  magia  especial,  que  se  despierta  fácilmente    al  acercarnos  a  la
                  naturaleza.  Filomeno  cree  que  rodeados  de  cables  y  de  antenas,  en  las
                  ciudades,  todo  parece  diferente,    incluso  pensamos  peor,  y  algunos
                  sentidos se estropean bastante,  como el oído.

                  Llegó  el  día  en  el  que  ese

                  presentimiento  se  cumplió,  y  de  la
                  noche a la mañana el colegio Infanta
                  Leonor  de  Tomares  se  quedó  vacío.
                  Nadie fue a clase aquel lunes 16 de
                  marzo de 2020, salvo Filomeno, que
                  permaneció  en  el  mismo  sitio  de
                  siempre, en el aula de 4º B, cerca de
                  la ventana, en el armario, como cada

                  día.

                  Aquel lunes fue un lunes  triste, los amigos de Filomeno no aparecieron, ni
                  los ruidosos, ni los silenciosos, ni los tranquilos, ni los nerviosos, ni  rubios,
                  ni morenos, ni las alumnas dulces que le regalaban pulseras y obsequios
                  artísticos. Todo era silencio y Filomeno estuvo varias horas extrañado, sin
                  poder  salir  del  armario,  porque  la  persona  que  abría  el  armario,  el

                  profesor, tampoco acudió ese día.

                  Pensó que podría ser una de esas excursiones tan divertidas que a veces
                  los  niños  del  colegio  hacen,  o  una  de  aquellas  actividades  tan  bonitas
                  donde participan todos en el patio, y claro, por eso la clase estaría vacía.









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