Page 3 - CONFI RELATO. Filomeno en la escuela
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“Filomeno en la escuela”


                                      Cuando  el  silencio  reinaba,  Filomeno  sabía  la  hora  que

                                      era  gracias  a  la  orientación  del  sol,  que  calentaba  un
                                      lateral del armario.

                                      Pasaron las horas, y la clase seguía sin vida, no sonaban
                                      las pelotas de tenis de las sillas, ni las ruidosas patas de
                                      las  mesas,  o  los  repentinos  golpes  en  la  mesa  del
                                      profesor a modo de juez. Todo había desaparecido, no se
                                      sentía  el  llanto  de  algunos  alumnos  con  exámenes
                                     suspensos,  ni  palabras  de  enfado  por  discusiones

                  infantiles,  ni  susurros  de  planes  para  hacer  por  las  tardes.  Todo  había
                  desaparecido,  el  aula  había  perdido  la  energía,  el  alma,  el  sentido,  en
                  definitiva, la magia.

                  Por la tarde algo inesperado ocurrió…


                  Unos  adultos  entraron  en  el  aula,  hacían  ruido  y  parecían  limpiar
                  enérgicamente,  como  si  todo  estuviera  sucio,  limpiaban  y  limpiaban,
                  ventanas,  puertas,  suelo,  sillas,  estanterías,  incluso  el  armario,  que
                  acertaron a abrir con la llave mágica.

                  En  pocos  segundos  limpiaron  todo  y  dejaron  los  cajones  y  el  armario
                  abierto, para que todo se secase. Fue una limpieza extraña, Filomeno no
                  estaba acostumbrado a ver ese tipo de limpiezas, con unas  especies de

                  mangueras alargadas y personas con trajes de plástico y mascarillas.

                  Muchos adultos están obsesionados con sus tareas, y olvidaron la magia
                  de cuando fueron niños, por eso aquellos hombres que limpiaban  paredes
                  y muebles no se dieron cuenta de que Filomeno estaba en aquel armario,
                  solo y tranquilo.


                  Cuando se fueron del aula, Filomeno salió de
                  su  armario,  pensativo  y  extrañado,  estiró  los
                  brazos  varias  veces,  observó  las  paredes  del
                  aula,  que  estaban    llenas  de  cartelitos
                  coloridos,  y  sintió  felicidad  pero  también
                  tristeza  al  ver  que  todos  los  amigos  de  cada
                  mañana ya no estaban sentados en sus sillas.






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                                               www.Filomenoyelfutbol.com
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