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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
De cuando Celestino Agreda (Tino el de Choca) fue a prestar servicio
militar obligatorio a la nación
E
n épocas pasadas, época de barbarie, cuando la “recluta” aún era práctica usual en
aquella Venezuela, Celestino Agreda (Tino el de Choca), todo un personaje
popular en nuestra Altagracia, fue reclutado y posteriormente recluido en uno de
esos cuarteles de la geografía patria.
Era costumbre de quienes iban a prestar servicio militar a la nación, después de
haber transcurrido cierto tiempo de su vida a cumplir tal misión, enviar a sus familiares más
cercanos o con quien se mantuviese cierto vínculo de afecto, fotos o alguno que otro
documento que certificara esos largos días de ausencia del pueblo y de la familia. Es así
como nuestro “Tino Choca” envía a un familiar muy cercano a él, una foto tipo postal,
mostrando su imagen de cuerpo entero, dando, además, con su mano derecha un
circunspecto saludo a la Bandera Nacional; en dicha foto tenía la particularidad de estar
majestuosamente acompañado a su lado izquierdo por la siempre impresionante figura de
nuestro Libertador Simón Bolívar.
El señor Jacinto Gómez, hombre de gran aprecio en la población de Altagracia y
padre de Tino Choca, llega un buen día de visita al hogar al cual Tino había enviado la foto
en cuestión, y es ahí donde don Jacinto, tal vez sorprendido por la majestuosidad de aquella
foto postal, lanza los siguientes versos repentistas:
“Nunca jamás imaginó Bolívar
Cuando el laurel en su frente le ceñía,
Tener un corazón como el de Sucre
Y a un hijo de Jacinto en compañía.”
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