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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
espalda, preguntaban a Luis Duarte ¿cuántas semanas de trabajo le había dado Tico desde
que llegó a la presidencia del concejo?, ¿dónde estaban las carreteras que Tico había
prometido en su campaña electoral?, y ¿dónde estaba el médico residente para la
población?; por supuesto que eran promesas incumplidas, y Luis fue entrando en calor,
como producto de los traguitos de aguardiente y el acoso de aquellos amigos ocasionales,
hasta llegar a ofuscarse y lanzar improperios en contra de aquel concejal amigo.
Posteriormente Luis, algo embriagado, decide emprender marcha a su hogar movido
por el hambre, ya que las empanadas que Cayito Ordaz había brindado al grupo de amigos
habían sido digeridas, además que “Que Polo” el de Juana la de Matorora se había
marchado con la olla completamente vacía, es decir, las empanadas se habían terminado.
Así que Luis se fue a su casa en procura de algo que comer.
-¿Vas a comer, Luis?, interroga Magdalena, su buena mujer, madre de sus hijos, sin
percatarse que Luis tenía unos cuantos “palitos” demás.
-¡Qué comer ni qué comer, mujer!, yo lo que vengo es envenenao con ese gran
carajo de Tico Villarroel, más engañador y farsante que el carajo, le grita Luis a su buena
mujer, madre de sus hijos, a la vez que se dirige hacia la puerta del cuarto principal donde
permanecía un afiche de Tico y donde aparecían, además, todas y cada una de las promesas
electorales.
Luis, lleno de rabia, tomó el afiche y lo lanzó hacia el patio, luego tomó un palo de
leña, y diciendo ¡farsante, mentiroso!, ¿dónde están las carreteras?, ¿dónde está el médico
residente?, ¿dónde están?, muérgano, embustero, ¡gran carajo!, que con esa sonrisa burlona
engañaste a tu propio pueblo; mientras continuaba echándole palo al afiche de Tico.
Su mujer logró tranquilizarlo e impidió que Luis destrozara aquél día a palo el viejo
afiche que por muchos meses permaneció colgado en la pared del cuarto matrimonial de la
casa de Luis.
Desde ese día, Luis Duarte dejó su fanatismo por el partido URD y, lógicamente, la
admiración por Tico Villarroel como líder regional de aquel partido político, situación que
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