Page 19 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
P. 19
Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
-¡Qué siga la gaita que está bien sabrosa!, gritó alguien dentro del grupo, alguien
que, dentro del público, disfrutaba de aquel momento de gaita margariteña, situación que
aprovechó Tico Villarroel y se lanzó con la siguiente décima:
Altagracia, pueblo mío,
Hoy te quiero saludar
Porque te voy a cantar,
Goza tu libre albedrío;
Para cantarte un corrío,
Una gaita, un galerón,
En ti pongo el corazón,
Grata cuna de mis sueños
Porque tú has sido el ensueño
De mi adorada pasión.
Los aplausos no se hicieron esperar, y entre el ruido de aquellas palmadas, se alzó la
voz de Tico para explicar:
-Esa composición pertenece a mi compadre José Rodríguez Pérez; los aplausos
arreciaron aún más, y Tico, nuevamente aclaró: -Esas décimas pertenecen a mi compadre
Cheíto Rodríguez, el de Susana Pérez...
La parranda tomaba cuerpo, se había impregnado de sabor margariteño.
César Rojas, el Tucán de la Playa, no quiso tocar su arpa, sin embargo, tomó el
cuatro de Tacho y éste ejecutó la guitarra con cierta maestría, Tico hacía sonar sus maracas
al estilo del propio Mandarina (Aquilino Díaz), el clásico maraquero de Reinaldo Armas,
ya que daba a la parranda tonalidades de percusión menor, como bien explicaba al puñado
de admiradores aquel día.
-¡Un polo margariteño!, gritó una voz anónima desde quienes conformaban la
parranda; cantan los hermanos Héctor y Víctor Gómez, Efraín Estaba y Tico Villarroel.
Héctor Gómez cantó así:
14