Page 29 - Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA.
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Relatos y ocurrencias de un pueblo, ALTAGRACIA. | F. V. R.
De cuando Beltrán Tovar (Toronto) desayunó con almuerzo
N
uestro buen amigo y compatriota Beltrán Tovar, mejor conocido en el pueblo
como Beltrán el de Chica Rodríguez, o “Toronto”, como cariñosamente es
llamado por algunos amigos y familiares. Hombre servicial y siempre presto a
tender sus manos amigas a quien a él acuda en procura de algún favor, sea cual fuese la
magnitud del mismo.
Un buen día llegó nuestro amigo Beltrán a la casa de Tico Villarroel, y después de
saludar dando los “buenos días” caminó hacia el interior de la casa, donde Tico ya sentado
en la mesa del comedor se disponía a desayunar. Oímos el siguiente diálogo:
-¡Qué hubo Beltrán!, acompáñame a desayunar, ¿ya comiste?, y éste contesta: No
vale, aún no he comido, y aceptando la invitación que Tico le ha hecho, acerca una silla a la
mesa y allí recibe la atención de Aura Curiel (esposa de Tico), quien portando sendos platos
de sopa de pescado fresco junto a un par de arepas que, aún humeantes, coloca sobre el
blanco mantel que cubre toda la superficie de la mesa del comedor.
Una vez que ya Tico y su invitado Beltrán consumieron la sopa, Beltrán, después de
expresar su agradecimiento a la señora Aura y a Tico, se despide muy cordialmente y se
dirige hacia la puerta, caminando calle abajo hacia un pequeño grupo de amigos y hasta
familiares del propio Beltrán, entre quienes se encuentran Ernesto y Leoncio Velásquez
“Toño Peligroso” (Toño el de Melania), Chalano y Eduardo “Lalo” Wettel, “Que Polo” el
de Juana la de Matorora, Presentico el de Presente Quijada y otros que solían, casi
religiosamente a diario, reunirse allí en la esquina del edificio “Mamá Tina”, donde
conversaban y comentaban algún suceso de actualidad en el pueblo.
Eduardo “Lalo” Wettel, al avistar a Beltrán, se acerca a él y con la generosidad y
gentileza que le distinguía, le dice: -¡Epa, Beltrán!, ¿cómo estás tú?, ven, te invito a
comernos dos arepitas; conminándolo a que lo siga, ven, acompáñame, hombre, aquí
mismo están, y además son de cazón, aprovecha que están calienticas, ahí las tiene María la
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