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314 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

                   13  Y miré bajando de la pared, y aquí venían dos pequeños niños de aspecto moreno medio
               desnudos, tirando de un pequeño carro con ruedas de madera. Y dije: “Ahora, Meda, eso es lo
               que estoy tratando de decirte”. Y yo podía oírla, pero estaba demasiado metido en la visión; no
               podía entender por qué ella no… Ella se dio cuenta. Y es que cuando las visiones impactan así,
               bueno, entonces uno queda como en coma. Y entonces ella salió de la habitación. Y empecé
               a caminar, y me encontré con el Sr. Arganbright, y me dijo que la reunión ya estaba en curso,
               que debía entrar. Así que cuando fui a la reunión, oh, nunca había visto tanta gente. [Espacio
               en blanco en la cinta –Ed.] … de gente. Y parecían personas morenas y tranquilas. Y pensé:
               “¿Dónde están?”. Y entonces había alguien más hablando en mi lugar, en la visión. Y dije:
               “¿Quién está hablando?”. Y él dijo, alguien, el ministro que estaba allí, dijo: “Oh, ellos lo
               pusieron”. Yo dije: “¿Quiénes son ellos?”.
                   14  Y justo entonces dijo: “Pueden retirarse”.  Y oh, unas veinte  o treinta  mil  personas
               comenzaron a irse. Y yo dije: “¿Por qué ellos nunca hicieron ningún llamado al altar?”. Y dije:
               “Eso no está bien”. Y otro ministro, un poco rubio, levantó la mano y tenía un saco en la mano,
               dijo: “Pero tenemos la ofrenda”. Dije: “¿Cuándo se llegó al punto en que la ofrenda fuera más
               esencial que el llamado al altar?”. Y así entonces, bueno, dije: “Apenas habrá doce personas
               afuera”. Dijeron: “Usted va a hablar esta tarde”. Dije: “¿A qué hora?”. Dijeron: “En cualquier
               momento”. “Pero (yo dije) apenas habrá doce personas afuera”. Y dije… Él dijo: “Bueno, ¿no
               se quedó Cristo con doce cuando les dijo la verdad?”.
                   15  Y justo entonces fui llevado a otro lugar. Quedé al lado de un lugar pequeño, y vi un
               pequeño zapato de bebé, un pequeño mocasín. Y yo tenía un gran cordón casi del tamaño de
               ese poste allí, tratando de pasarlo por el pequeño ojo de ese mocasín, tratando de acordonar
               el zapato. Espero que esto no lastime a nadie. Nunca lo puse en la revista. ¿Cuántas personas
               aquí son salvas (veamos sus manos), realmente nacidas de nuevo con el Espíritu Santo? Sí,
               de acuerdo. Entonces estoy seguro de que me entenderán. Nunca lo puse en la revista de esa
               manera. Pero estaba tratando de enhebrar este pequeño zapato con este cordón y, ¡oh!, el
               pequeño ojal era de un octavo de pulgada - y este zapato - el cordón que tenía era de media
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               pulgada . Y yo estaba rompiendo los hilos, y estaba tratando de empujarlo con todo mi corazón.
               Y una Voz habló desde atrás de mí. Y dijo: “¿Qué estás haciendo?”. Y yo dije: “Atando este
               zapato”.
                   16  Dijo: “Estás usando el extremo equivocado del cordel”. Y miré abajo en el piso y allí
               estaba el cordel, oh, se reducía a un buen octavo de pulgada y estaba muy bien terminado. Y
               Él dijo: “No puedes enseñar a los bebés pentecostales cosas sobrenaturales”. Dijo: “Causarás
               imitaciones carnales”. Ahora, eso es verdad. Sólo puedo decir lo que la visión dijo. ¿Ven? “No
               puedes enseñar a los bebés pentecostales cosas sobrenaturales. Causas imitaciones carnales”.
               Y pues, yo me quedé allí. Y justo entonces parecía que me iba hacia otra dimensión. Y cuando
               fue… Ahora, recuerden,  observen estas cosas.  Vendrán a suceder palabra  por palabra.  Es
               perfecto. Y yo estaba de pie junto a un lago, al parecer. Y Él me tomó y me puso allí junto a este
               lago. Había muchos ministros alrededor pescando. Y miré y había grandes peces. Y algunos
               de ellos estaban pescando peces pequeñitos. Y entonces dije: “¡Oh, vaya!, soy un pescador. Yo
               atraparé los peces”.
                   17  Así que recogí la caña que estaba tirada en el suelo. Y justo entonces, este Alguien me
               dijo: “Te enseñaré a pescar”; aquel Alguien que había estado hablando detrás de mí a mi lado

               4    1/8 pulgada = 3,18 mm; ½ pulgada = 1,27 cm
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