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Literatura 5° San Marcos
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Semana
JORGE MARIO PEDRO VARGAS LLOSA (1936)
Mario Vargas Llosa nació en Arequipa. Pasó su infancia en Cochabamba (Bolivia), luego en su
juventud ingresó al Colegio Militar Leoncio Prado. Esta institución lo marcó, porque
descubrió en ella el dolor, el engaño, el mal, la farsa, la violencia. Descubrió la vida. Ingresó a
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y estudió Literatura en la Facultad de Letras,
carrera por la que se doctoró en España. Su obra literaria ha obtenido las más altas
distinciones: en 1995 obtuvo el premio Cervantes. En 1996 fue incorporado como miembro
de la Real Academia Española en Madrid.
Ya en 1958 encontramos algunos cuentos que serán conocidos al año siguiente como Los
jefes (1959), pero es con la novela La ciudad y los perros (1963) que Mario Vargas Llosa se
hace internacional al ganar el Premio Biblioteca Breve. Cuando a fines de marzo de 1966
aparece su novela: La casa verde, se le concede el premio Rómulo Gallegos. Al año siguiente
publica su novela Los cachorros.
La novela de cuestionamiento político Conversación en La Catedral se publica en 1969. En 1973 aparece una
nueva vena temática: el humor, con Pantaleón y las visitadoras. En La tía Julia y el escribidor (1977), se hace
evidente otra vez el experimentalista y teórico que siempre es Mario Vargas Llosa, ahora en el plano autobiográfico.
Una de las ambiciones de los nuevos novelistas de los años '60 en Hispanoamérica es escribir la llamada novela
total; y Vargas Llosa lo intenta con La guerra del fin del mundo (198l), que es una historia múltiple, un relato
sociológico, histórico, documental. Para Mario Vargas Llosa es su novela preferida ya que la trabajó más
arduamente: la ficción que con más ahínco pulió y escribió. Los temas ejes de la novela son la intolerancia y el
iluminismo, temática que se repite con menor nivel en Historia de Mayta (1984). Retoma el tema de la violencia a
gran escala y pasa por el parte policial con ¿Quién mató a Palomino Molero? (1 986). Con una nueva óptica
plantea el conocimiento de la Selva peruana en El hablador (1987); Elogio de la madrastra (1988).
La versatilidad y la búsqueda permanente de nuevas vetas lo llevan también a escribir obras de teatro: La señorita
de Tacna (1981), Kathie y el hipopótamo (1983). La Chunga (1986), El loco de los balcones (1991), Ojos
bonitos, cuadros feos (1996).
No es menos importante su producción como crítico literario. Sus mejores libros en este género son García
Márquez: Historia de un deicidio (1971), La orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary (1975).
La ingente cantidad de sus artículos se ha impreso varias veces hasta en tres volúmenes: Contra viento y marea.
Ha publicado sus memorias con el nombre de El pez en el agua (1993). Las últimas novelas publicadas son: El
paraíso en la otra esquina, La tentación de lo imposible, El sueño del Celta, El espectáculo de la civilización, El
héroe discreto y Cinco esquinas (última publicación)
Conversación en La Catedral (1969)
Es la tercera novela del autor peruano Mario Vargas Llosa, publicada en 1969 y reconocida como una de sus
grandes obras junto a La ciudad y los perros, La casa verde y La guerra del fin del mundo. Escrita entre París,
Lima, Washington, Londres y finalmente Puerto Rico, la novela en un comienzo fue pensada para publicarse en dos
partes por la extensión de sus páginas, hecho que solo ocurrió en la primera edición. Según Vargas Llosa, ninguna
otra novela le ha dado más trabajo, entre revisiones y reescrituras. Asegura que «si tuviera que salvar del fuego
una sola de las que he escrito, salvaría esta». Fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del
siglo XX del periódico español «El Mundo».
La pregunta clave de la novela
Mientras el protagonista observa la descolorida Avenida Tacna en el centro de Lima, se hace la muy conocida
pregunta: "¿En qué momento se había jodido el Perú?".
El principio de Conversación en La Catedral es considerado uno de los mejores inicios de una novela. Santiago
Zavala, el protagonista, abre la novela planteándose de saque una pregunta: ¿en qué momento se jodió el Perú?
Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y
descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había
jodido el Perú? Los canillitas merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios
de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos, cabizbajo, va escoltado por
transeúntes que avanzan, también, hacia la Plaza San Martín. El era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún
momento. Piensa: ¿en cuál? Frente al Hotel Crillón un perro viene a lamerle los pies: no vayas a estar rabioso, fuera
de aquí. El Perú jodido, piensa, Carlitos jodido, todos jodidos. Piensa: no hay solución. Ve una larga cola en el
paradero de los colectivos a Miraflores, cruza la Plaza y ahí está Norwin, hola hermano, en una mesa del Bar Zela,
siéntate Zavalita, manoseando un chilcano y haciéndose lustrar los zapatos, le invitaba un trago. No parece
borracho todavía y Santiago se sienta, indica al lustrabotas que también le lustre los zapatos a él. Listo jefe,
ahoritita jefe, se los dejaría como espejos, jefe.
La interrogante nace del desconcierto y el pesimismo del protagonista (Santiago, alter ego del escritor), incapaz de
comprender la realidad peruana en su conjunto, a la cual juzga con criterios esencialmente morales.3 Tiempo
después, tratando de buscar una respuesta a su misma pregunta, el autor dirá que no hubo ningún momento
específico en que se haya “jodido” el Perú, sino que han sido en realidad varios momentos a lo largo de su historia.
Compendio -77-