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Religión 3° Secundaria
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SEMANA
CONCEPTO CLAVE: «No saben ustedes que son templos de Dios y que el espíritu de Dios habita en
ustedes.» (1 Cor 3,16)
1. LOS MEDIOS PARA VIVIR LA CASTIDAD
Sin la ayuda de la gracia de Dios resulta muy difícil vivir
bien la castidad. Como lo es también dominar el genio o el
amor propio o decir siempre la verdad. Luchar por vivir la
castidad es un signo de la presencia del Espíritu Santo
en el cristiano.
Es también camino para la maduración de la persona y la
mejor preparación para un matrimonio cristiano o para la
entrega total a Dios al servicio de los demás.
Para el hombre y la mujer sepan relacionarse con un amor
limpio y puro necesitan la ayuda del Espíritu Santo. Esta
ayuda se alcanza con:
La oración perseverante para pedir al señor que nos
conceda este don del E.S.
La frecuencia de los sacramentos, principalmente de la Penitencia y de la Eucaristía.
El huir con la valentía de las ocasiones de pecar, como son ciertas conversaciones, espectáculos,
lecturas, etc.
La virtud de la humildad para pedir perdón al Señor y levantarse siempre después de las caídas.
Una sincera devoción a la Virgen María. Ella es Madre del Amor Hermoso, es decir, del amor puro y
limpio que debe existir en el corazón del hombre y de la mujer.
2. LA CASTIDAD SEGÚN EL ESTADO DE VIDA
¿Cambia la virtud de la castidad según el estado de
vida de cada uno?
Todo bautizado está llamado a vivir una vida casta,
según su estado de vida. Con esta expresión se
quiere decir que es distinto el modo de vivir la virtud
de la castidad para:
Los esposos en el matrimonio
Los no casados.
Aquellos que han sido llamados por Dios a vivir el
celibato por amor al Reino de los Cielos.
(Mt 19,12)
La elección del celibato apostólico no significa
ignorancia o desprecio hacia el amor humano;
supone, por el contrario, amar con amor puro, más
desinteresado, más sacrificado, esto es lo que se
llama vocación de entrega total a Dios y Cristo
necesita en la Iglesia des estas vocaciones para
cumplir su misión en el mundo para la salvación de
las almas.
Sin embargo, conviene insistir que todos, tanto célibes como los casados, están llamados a vivir la
castidad, al igual que todos los cristianos estamos llamados a la santidad.
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