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Religión 3° Secundaria

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SEMANA

CONCEPTO CLAVE: « Es evidente que el deseo de Dios es que los bienes de la creación beneficien a todo el
género humano y no solo algunos.»

1. LOS BIENES DE LA TIERRA
Como culminación de su obra creación, Dios creó
al hombre y a la mujer y los puso al frente de toda
la tierra. (Gn 1,27-31)

Dios es, pues, el dueño de la creación y todo le
pertenece. Pero Dios quiso confiar la tierra y sus
recursos a los seres humanos, tuvieran cuidado
de ellos, los dominaran mediante su trabajo y se
beneficiaran de sus frutos.
Es evidente que el deseo de Dios es que los
bienes de la creación beneficien a todo el género
humano y no solo algunos. Pero el uso no permite
el abuso, que suceden cuando se utilizan
caprichosamente los bienes materiales y la
naturaleza.

El decálogo formula el mandamiento de no abusar
de los bienes de la tierra con la afirmación no
robarás. El séptimo mandamiento declara el
destino y distribución universal de los bienes.

2. LA PROPIEDAD PRIVADA:
Es un derecho natural que debe ser protegido por el estado en manera justa. Esto se puede adquirir por
medio de trabajo, la herencia o las donaciones.

La moral católica sobre la propiedad se fundamenta en estos tres principios:

a. El ser humano tiene derecho a la propiedad privada:
Su finalidad es garantizar la libertad y la dignidad de cada persona, ayudándole a satisfacer las
necesidades fundamentales propias, los que tienen responsabilidad y también las de otros que viven en
necesidad.

b. La propiedad privada tiene una función social:
La doctrina social de la iglesia enseña el destino universal de los bienes para todos los hombres, según
la voluntad originaria de Dios. Por ello, el derecho de la propiedad no es absoluto: quien tenga bienes no
puede usarlos a su capricho, sino que debe hacerlos producir para que beneficien a otros.

c. Prioridad de la función social de la propiedad:
En caso de conflicto entre el derecho de propiedad privada y su función social, el Estado puede regular
la posesión y uso de la propiedad privada haciendo prevalecer la función social de esta. Por eso en
ocasiones está justificada la expropiación e incluso la nacionalización de alguna propiedad cuando es de
especial interés para el bien común d la sociedad.

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