Page 69 - ESPERANZA PARA UN MUNDO EN CRISIS
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Cómo conservar la salud financiera 65
necesita causar una crisis de confianza en nosotros acerca de la capa-
cidad divina de resolver nuestros problemas y satisfacer nuestras ne-
cesidades. Al contrario, esta situación puede llevarnos a una fe más
profunda y a una confianza más segura en Dios. En medio de nuestros
mayores desafíos, las promesas divinas siguen siendo válidas.
He visto esta realidad demostrada de una manera poderosa en mi
vida. Mi padre se hizo adventista del séptimo día cuando yo tenía trece
años. Debido a su compromiso de guardar el sábado bíblico, perdió su
trabajo. Además, papá tomó la decisión de ser fiel al devolver los diez-
mos y las ofrendas. Para poder mantener a nuestra familia, tuvo que tra-
bajar día y noche. La vida no fue fácil, pero a menudo recuerdo haberlo
oído citar dos promesas de la Biblia.
Cuando yo me preguntaba cómo Dios proveería a nuestras necesida-
des, papá, a su manera tranquila y confiada, citaba San Mateo 6:33 prime-
ro: “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una
vida justa, y él les dará todo lo que necesiten”. Y luego agregaba Filipenses
4:19: “Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de
las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús”.
La fidelidad de mi padre y su inquebrantable confianza en Dios le
dieron a toda nuestra familia la seguridad de que, en nuestro tiempo de
prueba, el Señor sería fiel. Y, de hecho, lo fue. Quizá no hayamos vivido
con todos los lujos de algunas familias, pero teníamos algo mucho más
valioso: un padre fiel a Dios que nos dio la certeza de que podíamos
confiar en el Señor con toda nuestra vida.
Cuando los tiempos son difíciles y nuestras finanzas son limitadas,
confiar en Dios es un acto de fe. Significa decir: “Señor, creo que puedes
cuidar de mí. Pongo mi vida en tus manos. Creo en tus promesas”.
La esencia misma de la vida cristiana se resume en la confianza. Es
confiar a Dios nuestras finanzas, nuestra salud y nuestra vida en general.
Es la fe de que el Cristo viviente, quien nos ha dado salvación a través de
su gracia y poder por medio del Espíritu Santo, cumplirá su promesa de
suplir nuestras necesidades. Confía en él incluso durante una pandemia
global que puede afectar tu vida y la vida de las personas que amamos.
Cuando confiamos en Dios en medio de las pruebas, le damos la
oportunidad de hacer por nosotros “mucho más de lo que pudiéramos
pedir o incluso imaginar” (Efesios 3:20). Esto abre la puerta de nuestro