Page 72 - ESPERANZA PARA UN MUNDO EN CRISIS
P. 72
68 Esperanza para un mundo en crisis
Cómo sobrevivir emocionalmente en tiempos de crisis
La preocupación y la ansiedad se han apoderado de millones de per-
sonas. Temen la COVID-19 o alguna otra enfermedad futura. Se entera-
ron del aumento de muertes, y temblaron de miedo. Se preocuparon por
sus hijos, sus nietos o sus padres ancianos, y muchos todavía se sienten
así. O tal vez tienen miedo del factor financiero. A muchos les preocupa
no poder pagar el alquiler o financiar su propia casa. Se preocupan por
una empresa que ha cerrado y tienen miedo de no tener trabajo después
de la pandemia. Para algunos, es aún más cruel: les preocupa cómo ali-
mentar a su familia. Están al límite ante tanta incertidumbre sobre el
futuro. La respuesta al miedo debilitante es la confianza en el amor, el
cuidado y las provisiones de Dios para nosotros.
La Palabra de Dios nos da ejemplos reales de las crisis que enfrenta-
ron los hijos de Dios y cómo desarrollaron una confianza más profunda
durante los períodos de prueba. Estas historias bíblicas revelan princi-
pios eternos que desarrollan la fe. Fueron escritas en otro tiempo y lu-
gar, pero continúan hablándonos en este tiempo y lugar. Fueron escritas
hace siglos, pero se expresan con relevancia en el siglo XXI, a un mundo
devastado por una pandemia mortal y abrumadora.
Dios sigue teniendo todo bajo control en tiempos de crisis
El reino de Judá enfrentó una grave crisis. La devastación y la muerte
acechaban a la puerta. La catástrofe parecía segura. El gran rey asirio
Tiglat-pileser III estaba obsesionado por conquistar el Medio Oriente.
Ya había dominado gran parte de Asia Occidental. Uzías, rey de Judá,
era la principal figura de resistencia contra la opresión asiria. Uzías
había reinado durante 52 años (791-739 a.C.). Durante su gobierno, la
nación había prosperado. Las zonas desérticas habían sido reconquis-
tadas. Los muros de Jerusalén habían sido fortificados. La nación había
expandido su territorio. La prosperidad de Judá se debía en gran parte a
la fidelidad de Uzías a Dios.
Sin embargo, en un acto de arrogancia y vanidad, trató de quemar
incienso en el Templo (esto era responsabilidad exclusiva de los sacer-
dotes), fue inmediatamente afectado por lepra y finalmente murió. La
nación quedó devastada. Su gobernante estaba muerto. La ruina pare-
cía segura. Todas las esperanzas de resistir al ejército aparentemente